"Someday"
La alarma que nunca uso fue la que me hizo despertar, me removí entre las sábanas cálidas que cubrían mi cuerpo y sin ver tanteé para encontrar el dichoso aparato que hacía el estruendo más tedioso de la mañana.
Logré mi cometido y estuve unos segundos más con los ojos cerrados, me arden y los siento más cansado que de costumbre.
No he notado el peso en mi brazo hasta que he decido levantarme impidiéndome hacerlo, volteé a ver a mi lado y ella estaba recostada sobre mi brazo con su cabeza apoyada en mi pecho.
Su rostro calmado me dio una paz exorbitante, verla fue como ver el cielo en un hermoso amanecer, su cabello rojizo estaba alborotado, sus labios entreabiertos dejaban escapar pequeños suspiros y de vez en cuando un tic intencional se hacía presente en su nariz, como si fuera un pequeño conejo, Eny parece un conejo, uno muy lindo.
Anoche que decidí venir, esperaba sinceramente su rechazo, creí que me diría que me fuera o que yo no tenía nada qué hacer en su habitación, pero una vez más, Eny me ha demostrado ser completamente diferente a mí, me demostró que a pesar de todo lo que he hecho ella no me iba a rechazar.
Se removió un poco y creí que se alejaría, pero no fue así, se acomodó mejor, llevando su mano por sobre mi abdomen hasta dejarlo en mi costado, se acomodó mejor y siguió durmiendo cómodamente.
¿Qué va a pasar cuando despierte y vea que yo sigo aquí? ¿Cómo va a reaccionar? ¿Se molestará? ¿O hará de cuenta y caso que nada sucedió?
No quiero averiguarlo, así que con cuidado y tratando de no despertarla salgo de la cama, ella siente el vacío que he dejado y tantea buscándome, no puedo hacer más que darle una de esas enormes almohadas con las que duerme, al parecer me reemplazan bien, porque después de apretarla un poco vuelve a dormir como si nada.
Salí de ahí en dirección a mi habitación, no tiene caso siquiera ponerme a pensar en lo que ella diría cuando despertara, sería estúpido hacerlo.
Me preparé como siempre, como si no hubiese ido a la habitación de McCarthy anoche, como si todo lo que hice... no valiese nada, me preparé y bajé, como siempre ella ya estaba ahí, la única diferencia es que no estaba sola, estaba con Alex.
—Buenos días, señor Black —saludaron ambos, yo solo la vi a ella, estaba igual de hermosa que siempre, igual a como dormía esta mañana, incluso más.
—Vámonos —dije, ella asintió y se despidió amable de Alex, diciendo que se verían antes de que el ocaso finalice.
Cuando subimos al ascensor ella se concentró en el móvil, creo que estaba pidiendo los cafés para cuando llegáramos a la empresa, desde que entramos al elevador ella se la pasa metida en el aparato ese, bueno, ese es su trabajo, pero otro en su lugar esperaría a que estuviésemos en el trabajo.
—Para hoy tiene la agenda casi libre —comenzó una vez estuvimos en el auto, yo me centré en su rostro, sé ve cansada, con ojeras y los labios algo agrietados, me concentré en la forma en la que habla, es suave, dulce y envolvente, como quien arrulla a un bebé para calmarlo, así se siente la voz de McCarthy.
—¿Señor? —la escucho llamar, miré sus grisáceos ojos y noté, por primera vez, lo brillantes que son, la forma en la que iluminan su rostro completo, la manera en la que todo se complementa y hacen que su rostro se vea armonioso.
—¿Qué sucede, McCarthy? —le pregunto porque no he escuchado nada después de decirme que tengo un día ligero.
—Como le decía —se aclara la garganta y voltea de nuevo al móvil—, para hoy solo tiene una reunión a las diez con el señor Kiriam y una videollamada con la señora Hillary, de Sector TEC.
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Sr. Black
RomanceLos Ángeles lo llaman placer divino. Los demonios sufrimiento infernal. Los hombres... amor. Inicio: 4 de agosto de 2023 Fin: