✨ McCarthy

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"Be the best. Fuck the rest"

Bueno, en mi opinión, considero que no es exagerado afirmar que coexistir con el señor Black es una experiencia muy incómoda, y a pesar de que puede resultar difícil de entender, les voy a explicar por qué.

¡Es un maldito hijo de puta cruel que carece de emociones!

No le preocupa en absoluto lo que ocurra con los demás, ni siquiera se preocupa por lo que sucede a su entorno, lo único que le interesa es su propia comodidad, incluso si se trata de satisfacer sus propias necesidades.

—¿Señor Black? —pregunto al ingresar a la oficina.

Hace aproximadamente tres minutos que volvimos de la reunión con la vicepresidenta de NVIDIA, por lo tanto, en el momento en que el señor Black entró a la oficina, empezó a quitarse la camisa. Estaba a punto de buscar otra en el armario, pero entonces recordé que pronto vendría la persona encargada de satisfacer al señor Black, así que sería inútil siquiera intentar hacerlo.

—¿Qué motivo hay para que esté tardando tanto? ¿Acaso no le diste aviso? —me indaga como si yo tuviera la culpa de la demora de su querido amante.

—Por supuesto que le he informado, señor Black, no entiendo por qué está tardando tanto, es decir, se le notaba muy entusiasmado cuando hablé con él esta mañana —comento, el señor Black estaba sentado en el lugar donde habíamos desayunado, con las piernas abiertas como si los cojones no le cupieran en el asiento, sus manos relajadas en los brazos del sillón y su cabeza apoyada en el respaldo.

—No quiero que vuelva —me dice, sus ojos se abren y me miran fijamente, no entiendo qué quiere expresarme con esa mirada pero sé que no es algo favorable, especialmente cuando se levanta y empieza a desabrocharse el pantalón—. Espero que esto no se repita, McCarthy, porque la próxima vez pagarás el precio de tu falta de destreza o te largaras junto con ellos.

En realidad, está correcto, cometí un fallo, en la verdad, no fui yo, fue esa otra persona despreciable que piensa que el señor Black es alguien con quien puedes jugar sin enfrentar las consecuencias posteriormente, pero fue inmediatamente descartado desde el principio cuando siquiera consideró la posibilidad de decepcionarlo.

—De acuerdo, señor Black —mencioné antes de dirigirme hacia el armario y sacar un atuendo impecablemente alisado y limpio para alguien digno del señor Black.

Gracias a la falta de compromiso del amante de mi jefe, pude percatarme de que el señor Black no tolera estar sin tener relaciones sexuales ni por un día. Su cambio de ánimo fue notorio, empezó a comportarse de forma altiva, desafiante, vociferante y molesto, comenzó a molestarse por cualquier cosa, incluso por mi respiración.

—¿Por qué estás realizando esa acción? —me cuestionó alrededor de las 14:20.

—¿Qué acción, señor Black? —pregunté volteando a verlo sin comprender.

—Inhalar y exhalar de esa manera.

Y vaya que hasta ahora pensé que respirar como cualquier persona, pero resulta que no es así, al menos no cuando el señor Black me dirigió una mirada de desaprobación y me solicitó que respirara de forma más silenciosa, lo cual hizo que me sintiera ahogada y tuviera que salir temporalmente al baño para poder recuperarme de la sensación cercana a la muerte que experimenté.

Pienso que pasé demasiado tiempo en el cuarto de baño ya que de repente escuché dos golpes en la puerta que capturaron mi atención.

—¿McCarthy? —La voz de Bruno a través del portal me llevó a abrir la puerta y enfrentarlo, solicitándole una explicación por su intromisión en ese lugar—. El jefe está a punto de estallar —me comenta, pero entiendo a qué se refiere, aunque no estoy tan segura de ello, o no quiero aceptarlo, porque me asusta siquiera contemplar la idea de tener que entrar a la oficina del señor Black.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora