✨ McCarthy

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"No risk, no story"

Mis momentos de tiempo libre y tranquilidad terminaron de una manera más veloz de lo que hubiera deseado, no logré descansar adecuadamente debido a mis inquietantes ideas acerca de lo que podré presenciar a partir de ahora en la oficina del señor Black.

Mis ojos estaban cargados de fatiga, pero tenía que ir a trabajar. A duras penas logré bañarme sin quedarme dormida bajo la ducha, me coloqué una de mis vestimentas que, aunque no fueran costosas, eran apropiadas para acudir a la empresa del señor Black.

La hora en la que tenía que empezar mi trabajo era a las 6:00 en punto, por lo tanto, aún contaba con cuarenta minutos disponibles para tomar el desayuno y dirigirme al lugar caminando. El edificio de The Monarch's Fortress se encontraba en una ubicación bastante cercana a mi hogar, tan solo a diez minutos caminando, lo cual era algo por lo que me sentía afortunada.

Dejé mi departamento cuando faltaban veinte minutos para que fueran las seis de la tarde. Decidí tomar un café en lugar de preparar comida, ya que no soy aficionada a cocinar. No es que no tenga habilidad, pero la verdad es que no soy muy buena en la cocina. Tengo varios talentos, pero cocinar no es uno de ellos, por lo tanto siempre opto por comer fuera. Sin embargo, hoy lo que necesito es una taza de café para poder mantenerme al ritmo que el señor Black espera. Solo tengo el día de hoy y mañana para acostumbrarme a su ritmo.

Me dirigí al vestíbulo del edificio y los vigilantes me permitieron entrar sin problemas, solamente tuve que mostrar mi identificación y de manera cortés me permitieron avanzar.

—Buenos días, Bruno —le dije con amabilidad y una sonrisa en mi rostro, a lo que Bruno respondió amigablemente con una sonrisa.

—Vaya, McCarthy llegando puntual en tú primer día, ¿verdad? —La expresión en su rostro y su entonación me indican que no está riéndose de mí, aunque sin duda le resulta algo divertido que haya llegado tan temprano el primer día.

—Sí, bueno, debo mentalizarme para lo que se aproxima, quizás no sería perjudicial que me brindes algunas recomendaciones sobre cómo llevar a cabo todo esto —le solicito, Bruno asiente con una sonrisa y me entrega un papel con lo que supongo, son normas.

—Léelos —me indica—, allí encontrarás todas las cosas que necesitas para evitar ser despedido.

—¿Acaso eres mi guardián celestial, Bruno? —le inquiero simulando intenciones de llorar, algo que solo provoca una sonrisa aún más amplia en Bruno.

—Así es, soy tu protector celestial, pero esa persona que se acerca es el ser maligno al que deberás enfrentarte en menos de cinco minutos —me comenta, indicando sutilmente hacia el ascensor, por donde el señor Black acaba de salir, luciendo su masculinidad como lo hizo el día anterior.

—Saludos, señor Black —saludamos al mismo tiempo, junto con Bruno, quien ya está familiarizado con el hecho de que el señor Black ignore su presencia sin siquiera mirarlo.

—¿Siempre es de esta manera? —le inquiere en un murmullo.

—Cada día —contesta y justo cuando acabamos de soltar una risita, la voz del señor Black se escucha en todo el pasillo.

—McCarthy —me dice—. Acude a mi despacho. Ahora.

Le dirijo una mirada llena de miedo a Bruno, pero él simplemente sonríe y me da el aliento necesario para entrar a la oficina del señor Black, quien ya se encuentra detrás de su escritorio, sentado en su costoso sillón de cuero oscuro, sin llevar puesto el saco que cuelga de manera impecable en el bastidor cercano a la puerta.

—Buenos días, señor Black —saludo una vez más pero nuevamente soy ignorado por él, no entiendo la razón pero tengo una leve sensación de que esto será una acción constante, mientras yo tengo que expresarme, él tiene la capacidad de ignorarme a su antojo.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora