"Can't let you leave"
Yo siempre he tenido en cuenta y he sabido que no debo rendir cuentas a nadie, a excepción de mis padres cuando era menor de edad, pero de ahí en más a nadie.
Pero el señor Black cree que tiene ese derecho, el derecho dónde, con quién, cómo, cuándo y por qué hago las cosas.
—Vengo de la empresa, señor Black —y aquí está la estúpida rindiendo cuentas a una persona que no le interesa más que sexualmente.
No sé por qué lo hago, pero de todas maneras creo que no tengo nada que esconder, es decir, yo no hice nada malo, el que hizo todo esto fue él.
—¿Con quién estabas, McCarthy?
—Con nadie, señor —dije comenzando a enojarme, primero me deja abandonada y luego me está interrogando como si la que hizo las cosas mal fuese yo y no él—. He tenido que venir caminando porque los taxistas ya no están circulando por la ciudad, y como usted comprenderá son treinta minutos de recorrido en coche y como supongo ya sabrá, yo no tengo coche.
—Te vi bajar del auto de Bastian Belmonte —no es cierto...
—El señor Belmonte me ha encontrado caminando hacia acá y se ofreció amablemente a traerme a casa, ya era muy tarde para venir sola —dije, desabrochando el botón de mi americana a esta hora ya no me estaba importando mucho y lo único que quiero es dormir.
—¿Te estabas revolcando con Bastian? —me pregunta como si yo fuera la misma clase de persona que él.
—No, señor Black —aseguré—, no he follado con Bastian ni con nadie en los últimos días —dije para que dejara de joderme con eso.
—Entonces, ¿por qué tardaste tanto en llegar?
—Señor —murmuré tratando de no enojarme—, no sé con qué clase de persona me esté relacionando o si cree que yo soy igual que usted, me tardé en llegar porque alguien no me avisó que ya no viajariamos juntos, y que buena hora para decírmelo cuando ya no hay un solo taxista trabajando, tuve que caminar hasta aquí descalsa porque los malditos zapatos me estaban matando los pies, Bastian me encontró a medio camino, se ofreció a traerme y cuando llegamos estuvimos hablando sobre algunas cosas que quedaron pendientes, eso es todo.
Y como si no pudiera agregar más, me miró y después de darle una mirada a mi ropa se puso de pie y subió las escaleras caminando hasta su habitación, azotando duramente la puerta.
Estoy cansada.
✨️
Día siguiente, martes, seis con treinta de la mañana.
—Buenos días, señor Black —aunque no me contestara seguía saludando, no sé por qué, como tampoco sé por qué siquiera lo sigo intentado.
Bajamos por el ascensor, de nuevo, extrañando aquella calidez de su mano en mi cintura, me repetí a mi misma que así es mejor, que entre menos hablemos menos necesidad tendré de él, que entre menos contacto haya será mejor para mí, que entre más desprecio más rápido morirá lo que siento por él. Si, así es mejor.
—Hoy tiene una reunión con la señorita Aysel Wang a las siete treinta de la mañana, luego el desayuno con el señor Kiriam a las nueve, posteriormente tiene una reunión con recursos humanos a las diez treinta y otra con el departamento de publicidad hasta las doce del mediodía —le informo aunque parece que lo que ve en su computador es más interesante de lo que le estoy diciendo—. Después del almuerzo tiene una cita en el spa, luego una clase de yoga a las tres de la tarde, una reunión con los hermanos Belmonte a las cinco de la tarde y por último una cena con la señora Miranda de Palace Wild a las siete de la noche.
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Sr. Black
RomantizmLos Ángeles lo llaman placer divino. Los demonios sufrimiento infernal. Los hombres... amor. Inicio: 4 de agosto de 2023 Fin: