✨️ McCarthy

31 3 0
                                    

"Long Goodbye"

Calificar de extraño lo que transcurrió en este día sería un grave eufemismo. El señor Black irrumpió en mi habitación en plena noche, trayendo consigo un aura de misterio y urgencia, pero al amanecer, sin una sola palabra, se deslizó fuera de mi cama como un espectro fugitivo, desinteresado de las pasiones que habían incendiado la noche. Fue él quien me buscó primero, como un ladrón de emociones, y después, sin mirar atrás, se retiró sin dejar rastro. En su ausencia, quedé atrapada en una danza de sentimientos turbulentos, incapaz de entender el significado de sus acciones, sintiéndome abandonada en medio de un huracán emocional que amenazaba con arrasarlo todo.

De cualquier manera, la visita a mi habitación, el abrazo compartido, las lágrimas derramadas en silencio, la placidez efímera de su presencia junto a mí, seguido de su partida sin mirar atrás, me parece una afrenta inexcusable. Desgarra mi orgullo y desangra el amor que siento por él, como si no le importara en absoluto el impacto que sus actos tienen en mí. Me deja con la almohada como único testigo de su ausencia, reemplazando su presencia, y esto es una injusticia flagrante.

Que el señor Black tenga el poder de moldear y desmoronar a su antojo, sin inmutarse por el eco de sus acciones en mi corazón, es algo que no puedo tolerar. No es justo que actúe a su antojo, sin considerar las emociones y el amor que tengo por él.

Pero, en fin, ¿qué más puedo esperar? Él siempre tiene el control absoluto, como si fuera el soberano indiscutible de todo y de todos. No debería sorprenderme, después de todo, es el señor Black, un hombre cuyas decisiones y palabras son ley inquebrantable. No hay espacio para contradecir sus acciones o refutar sus palabras, como hablar con una pared inamovible. Y en mi soledad, con mis propias barreras, no necesito a nadie más que me ignore. No, señor, eso ya me lo proporciono por mi cuenta.

La única diferencia que ha habido durante este largo día, es que he podido ver a un señor Black más enfocado en su trabajo, como si quisiera adelantar todo lo que pudiera para... la orgía.

Había olvidado esa maldita orgía, misma que será dentro de dos días, menos, claro, ahora entiendo la prisa que tiene por acabar todos los pendientes que tiene y que tendrá acumulados durante el fin de semana que pase en el caribe, ingenioso, señor Black.

—¿Necesita algo más, señor? —pregunté, aunque si me preguntan, en realidad no quiero hacer nada, absolutamente nada, mis ánimos se han ido a la mierda justo cuando recordé lo que pasará dentro de poco.

Un puñal de angustia se hunde en mi pecho, dejándome con una sensación abrumadora de pesar.

—No, McCarthy —me dice y por el suspiro que suelto él voltea a verme—. ¿Qué tienes? —cuestiona y no sé qué decir, nunca me había preguntado cómo me siento y esas cosas, aunque ahora, últimamente algo está cambiando en él y no puedo decir si es algo bueno o algo malo...

—Nada, señor —respondo, pero él no se convence ni siquiera un poquito de mi vaga respuesta.

—Si no tienes nada, no estés suspirando de esa manera, estresas —y ahí estaba de nuevo el señor Black que yo conozco, o bueno, al que creo conocer.

—Lo siento, señor, no volverá a ocurrir —digo y me retiro de la oficina para dejarle en completa soledad y pueda hacer lo que está haciendo tranquilo sin que yo le interrumpa, y para hacer eso, es mejor dejarlo en soledad, total es lo único que yo le puedo dar al señor Black.

Salí de la habitación y me dirigí directamente hacia la sala de conferencias. Sabía que, en este momento del día, estaría desierta, lo que la convertía en el refugio perfecto para sumergirme en mis pensamientos melancólicos y dar rienda suelta a esta creciente tormenta emocional.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora