✨ McCarthy

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"Discipline = Freedom"

Hace algunos días, fui contactada por una compañía que es considerada la más prestigiosa en todo Nueva York, de acuerdo a la revista Atenea. No tengo idea de cómo o por qué obtuvieron mis datos de contacto, pero estoy segura de que no es una empresa a la que cualquiera pueda acceder.

Siguiendo las indicaciones de aquel hombre, me vi obligada a llegar al edificio de mayor tamaño en la urbe, el The Monarch's Fortress, que, tal y como su denominación indica, es una auténtica fortaleza de dimensiones superiores a las que puedas concebir, tan impecable que puedes observar tu reflejo en cualquier superficie sinuosamente brillante presente en su interior.

—Hola, buen día —me saluda un caballero desde el mostrador—. ¿Estás aquí por la entrevista?

—Así es —expresé con una sonrisa—. Mi nombre es Eny McCarthy.

—Muy bien, siéntese por favor, en breve le avisarán —me dice con una sonrisa, es experto en su labor y sabe exactamente lo que debe hacer, incluso si se siente atraído por mi sonrisa, porque debemos reconocerlo, tengo un don para enamorar con mi sonrisa, es algo que he tenido desde que era pequeña, siempre captando la atención con ella.

Realicé lo que el hombre me solicitó y pasé a sentarme en el lugar designado, al lado de varias personas que también esperaban ser entrevistadas, al igual que yo. No obstante, a diferencia de mí, ellos llevaban consigo documentos importantes, maletines y otros objetos, mientras que yo solo había llevado mi presencia como cualquier persona con seguridad y confianza.

—¡Es un completo hijo de puta! —exclamó una mujer saliendo furiosa de la oficina que se encontraba al final, la más destacada de todo el lugar. Pasó delante de todos nosotros con la mirada baja, tratando de ocultar una parte de su rostro para que no viéramos lo arruinado que estaba su maquillaje.

Aunque parezca increíble o extraño, esa dama había salido llorando y sollozando, quién sabe qué sucesos ocurrieron en ese lugar, pero es evidente que no fueron experiencias positivas, solo anhelo no enfrentar situaciones similares.

—¿Señorita McCarthy? —dice el hombre que me dio la bienvenida, me levanté y caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta de la que esa mujer salió.

—Hola, buenos días —saludé con una sonrisa mientras me detenía para observar el lugar desde la entrada. Ubicado detrás de un escritorio de madera oscura de caoba, se encontraba un hombre que, a primera vista, lucía irresistible, con una apariencia masculina y dominante capaz de cautivar hasta al más heterosexual.

—Señorita McMarthy —me detuve unos segundos procesando el hecho de que haya pronunciado incorrectamente mi apellido, bueno, no puedo responsabilizarlo, considerando que no es la primera vez que ocurre, por lo tanto, estoy algo familiarizada con eso—. Pasa.

Asentí, aunque tenía pleno conocimiento de que él no es capaz de percibir mi presencia. Su atención está totalmente concentrada en los documentos sobre su escritorio, lo que impide que me vea. No obstante, sin hurgar mucho en el asunto, me aproximo a él y atravieso la distancia que nos separa. Aunque no tenga la capacidad de visualizarme, él me indica con un gesto los asientos que se encuentran frente a su escritorio, en una discreta solicitud para que me siente.

—Pásame tu historial laboral —me solicita mientras extiende su mano, yo perdí por completo mi expresión alegre.

—No traje uno —admito—, pensé que al haberme llamado ya tenían la información que necesitaban sobre mí —aclaro.

El señor Black exhala con un poco de cansancio, sinceramente no esperaba que fuera él quien estuviera llevando a cabo las entrevistas, usualmente no te encuentras con tu futuro jefe en el día de la entrevista, por lo que esto puede provocar que los nervios de cualquier persona se intensifiquen y le hagan responder de manera poco acertada a las preguntas.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora