✨ McCarthy

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"When We're High"

Al bajar del avión la emoción y el nerviosismo me recorrían el cuerpo a más no poder, le avisé a mis padres que ya había llegado y que todo estuvo bien, mi mamá me mandó un sermón repitiéndome lo mismo que me dijo estando en Dublín, sonreí, mi mamá siempre tan preocupada.

Saliendo del aeropuerto tomé un taxi, le di la dirección de la empresa del señor Black y en menos de treinta minutos ya estaba afuera del enorme edificio, miré hacia arriba pensando en todo lo que lebibaba decir al señor Black, di un respiro más y me adentré al lugar.

En recepción ya no estaba la misma chica, ahora estaba una rubia bustona que al parecer, se creía la dueña del lugar, llevaba los labios pintados de un rojo oscuro, los ojos pintados de negro y me pregunto si el señor Black la escogió. Esta claro que no.

—Oye, disculpa —me llama cuando voy pasando de largo, hace poco más de medio año que no pisaba este lugar, es obvio que me de tendrían al querer pasar como lo tiempo atrás, sin mirar a nadie y sin darle razón a nadie, era la asistente de Jack, nadie tenía que hacerlo, solo no interponerse en mi camino.

Volteo a ver a la mujer y me hace una seña con sus dedos para que me acerque, ni siquiera me mira.

—¿Puedo ayudarte en algo? —me pregunta, me mira de arriba abajo y por último se enfocaba en mis ojos.

—Vengo a ver al señor Black —respondo segura, la mujer me mira de nuevo y hace una mueca.

—¿Tienes una cita?

—No, no tengo una.

La mujer se exaspera y resopla molesta.

—¿Sabes cuántas personas vienen aquí todos los días para intentar ver a Jackson?

¿Jackson?

—Si no tienes una cita no podrás verlo —sentencia.

—¿Bruno Rodriguez sigue trabajando aquí? —le pregunto cambiando de tema, ella me mira sin comprender pero termina asintiendo—. ¿Podrías avisarle que Eny McCarthy le quiere ver?

De malas tomó el teléfono y marcó un número, esperando que la linea se conectara.

—Bruno, cariño —dice, cambiando rotundamente el tono de su voz por uno más infantil y ridículamente meloso, que asco—. Ay una mujer aquí que quiere verte, me pondré celosa...

Ruedo los ojos sin que ella me mire, joder, ¿tengo que soportar esto? ¿De verdad?

—Si, es una tal... —hace una pausa y me pregunta mi nombre, intento controlar el tic de mi ojo y se lo repito pidiéndole a dios que me de paciencia—, Eny McCarthy.

No sé qué tanto le está diciendo Bruno, pero la rubia escucha atentamente todo lo que le dice cambiando su expresión a una un tanto... ¿preocupada? ¿Asustada?

Quizás Bruno le haya dicho la posición que tuve en la empresa, y si se dieron cuenta, el señor Black me daba el poder para hacer lo que él no hacía, supervisar cosas que le parecían aburridas, aunque al final terminó haciéndolo conmigo porque no le gustaba que estuviera mucho tiempo lejos de él.

La llamada termina unos segundos después, la rubia me mira de nuevo pero ya no es aquella mirada orgullosa y superior que me dio antes, es más como... sumisa, no lo sé.

—Pase, por favor, Bruno la está esperando —y para agregarle la cereza al pastel, sale de su lugar y me acompaña al ascensor presionando el número del piso en donde está la oficina del señor Black.

Agradecí antes de que las puertas se cerraran, y en el transcurso me puse a pensar qué va a suceder dentro de poco, las manos me están sudando y temblando, siento que mi corazón golpea fuertemente mi pecho diciéndome que pronto estaré frente a él.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora