✨ Special: Sr. Black

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"Everybody's Falling In Love"

Todo se fue a la mierda, las cosas no debieron terminar de esta forma, pero es que, mierda, ¿cómo demonios iba a saber que ella regresaría hoy de entre todos los días?

—¡¿Por qué mierda no me avisaste que ella estaba aquí?! —grito sin dejar de ver a Bruno.

—Intenté avisarle, señor, pero no respondió a los llamados que le hice —me responde temeroso.

—¡Pudiste haber entrado para avisarme! ¡Ni siquiera lo hiciste cuando Zackary entró a mi oficina! ¡¿Qué estabas haciendo que no lo hiciste?! —estoy realmente molesto y frustrado por cómo fue todo esta situación.

—Cuando el señor Black llegó yo no estaba presente, señor, estaba sacando los documentos que me encargó momentos antes para firmarlos —contesta.

Lo peor de todo esto es que Bruno no tiene culpa de esto, mejor dicho, tiene toda la jodida culpa, si hubiera estado en su maldito puesto ni Rachel ni Zackary hubieran entrado a mi oficina.

—Vete —ordené, Bruno solo asintió y salió de mi oficina.

Estoy frustrado, Eny no lo sabe, pero desde que regresé de la fiesta en el caribe no había estado con nadie, desde que regresé hasta hoy no había estado con nadie más, por más irreal que pueda parecer es la verdad.

Cuando viajé a Dublín iba con el pensamiento de recuperar a Eny a como diera lugar, la necesitaba a mi lado, siempre, las veinticuatro horas del día los siete jodidos días de la semana, necesitaba estar con ella.

Pero nada salió como lo había planeado, la muerte de Nessa desató una depresión arrasadora con Eny, la sumergió en un pozo sin fondo en el que cada vez se hundía más y más, tanto que llegó a un punto en el que era casi imposible salir.

El día que fui a visurarla después del entierro de aquella mujer, creí que tendría la oportunidad de sacarla de ese oscuro lugar lleno de culpa y remordimiento, no ha habido nada que me duela más que verla de esa forma, no había rastro de la Eny que yo había conocido, aquella mujer fuerte y decidida estaba escondida temiendo que, al dejarse ver alguien la estaría esperando para hacerle daño.

No merecía eso, Eny no merecía cargar con la muerte de una persona, no merecía sufrir de la manera en lanque lo hizo.

Yo quería darle toda la felicidad que ella necesitaba, quería ayudarla, pero a pesar de todo lo que hice ella nunca se dejó ayudar, porque cuando yo saba un paso, ella retrocedía cuatro. No era justo, no podía darle amor a alguien que no quería ser amado, no podía obligarla a hacerlo, porque ella necesitaba sacar todo lo que tenía dentro, pero a mi no me permitió ayudarla.

Siempre se cerró en que ella era la culpable de la muerte de Nessa, se aferraba a la idea en que ella debía sufrir lo que Nessa sufrió para así pagar un poco por sus pecados, para liberar un poco la carga que llevaba sobre sus hombros.

Pero, ¿y yo? ¿Yo qué? ¿Qué debía hacer si ella no me quería cerca? ¿Qué podía hacer si ella no me dejaba entrar a su vida? Lo único que yo podía hacer en ese momento era alejarme, dar mi batalla por perdida y retirarme del campo, y eso fue lo que hice, me retiré y no volví a saber de ella, hasta hoy.

—Jack —no es cierto, esa maldita voz otra vez.

—Lárgate —ordené sin voltear, sentía náuseas al sentir aquel olor a fresas tan dulzón, sentía asco solo de recordar lo que sucedió.

—Jack, ¿por qué-

—¿No escuchaste? ¡Qué te largues! —sintiendo mi sangre hervir, grité, mi voz retumbando por toda mi oficina en un eco aterrador que la hizo temblar de pies a cabeza.

Sr. BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora