Slow Dance With The Devil [Bbangsaz G!P]

Mentira blanca

Pasaron unos días.

Minji abrió la puerta de la azotea, Hyein la siguió detrás y cerró la puerta.

Varios empleados que estaban charlando y fumando, pronto se levantaron inmediatamente al verla, hicieron una reverencia y caminaron hacia la puerta de salida. Minji pasó de ellos, dos hombres apagaron sus cigarrillos en un cenicero en medio del jardín y se alejaron rápidamente.

El jardín de la azotea pronto quedó desierto.

Minji sacó su cigarrillo y seguidamente lo encendió, le ofreció uno a Hyein quien negó. — Yo no fumo, señorita Kim.

Minji guardó el paquete de cigarros en el bolsillo de su abrigo, y dejó salir el humo por su nariz. — Lo sé Hyein. — dijo. — ¿Te has divertido alguna vez en tu vida? Eres como un zombie. — se burló.

Hyein se mantuvo en silencio.

La joven CEO se quedó mirando la extensión de los edificios que tenía delante, el viento soplaba con fuerza agitando su cabello y abrigo. Cerró los ojos disfrutando de la tranquila sensación del viento en su cara, hacia frío...lo cuál le gustaba.

El invierno se aproximaba, su estación favorita.

Dio otra calada a su cigarrillo. — ¿Qué piensas de la vietnamita? — cuestionó de repente.

— Es una persona amable y considerada. — contestó Hyein firme, sus ojos seguían el humo proveniente del cigarro de su superior, que pronto se disipó en el aire.

— Eso no es garantía para que siga aquí.

— ¿No está satisfecha con su trabajo, señorita?

Minji entrecerró sus ojos, observando las nubes que se dispersaban en el cielo, se limitó a fumar nuevamente sin dar respuesta.

La puerta de la azotea de pronto se abrió.
Hyein desvío su atención a esta, Minji se mantuvo en su posición ignorando lo que pasaba.

Hanni se acercó a ellas y hizo una reverencia. — Siento interrumpir su tiempo, pero el señor Kim esta en su oficina solicitando su presencia de inmediato. — comentó.

Minji tensó la mandíbula. — Asegúrate de tener el número de su asistente personal después de esto y te avise cada vez que ese viejo cabrón quiera visitar mi lugar. — Dijo mirando con clara rabia a Hyein, esta última inclinó su cabeza.

La joven CEO tiró de la colilla al suelo y la pisoteó, pasando junto a Hanni. — Cómprame un café normal, después despeja mi agenda de hoy. — gruñó. Hanni asintió. — Enseguida, señorita.

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Hanni colocó el café en el escritorio de Minji y luego se mantuvo de pie torpemente sin saber a donde mirar. Minji estaba apoyada en el borde de la mesa cruzada de brazos y mirándola sin expresión alguna.

Hyein se mantuvo a su lado, mirando al hombre alto de traje gris oscuro, pensando en cómo conseguir su número. El hombre le devolvió la mirada, enarcó una ceja con una expresión confundida.

Hyein frunció las cejas, sacó el móvil y lo señaló. El hombre cuestionó la acción. — Su número. — tecleó con los pulgares la pantalla. Este miró a su superior quien simplemente asintió, entonces volteó a mirar nuevamente a Hyein asintiendo.

Hyein levantó el pulgar en aprobación.

Hyein se dio la vuelta, el señor Kim la miró y sonrió ampliamente.

Minji odiaba esa sonrisa.

— Dime. ¿Qué se siente trabajar para la mayor empresa de Corea del Sur? — apoyó su espalda en el sofá y miró a Hanni con calidez. La joven inclinó la cabeza. — Es increíble, señor Kim, gracias por darme esta oportunidad. — sonrió de vuelta.