Slow Dance With The Devil [Bbangsaz G!P]

Déjame entrar

El zumbido del secador de pelo llegó débilmente a los oídos de Hanni. Arrugó las cejas.

¿Qué hora es?

Se frotó los ojos y los abrió, la habitación parcialmente iluminada por los colores sesgados del cielo matutino que entraban por entre las persianas medio levantadas.

Hanni levantó la parte superior del cuerpo, sus ojos captaron a Minji secándose el pelo, la mujer ya llevaba puesto su traje de oficina. Entonces cogio su movil que estaba sobre la mesita de la lámpara y miro la hora. — Son las seis de la mañana, ¿a donde vas tan temprano? — preguntó con cara de confusión.

— Tengo unos asuntos personales.
— ¿Vas con Hyein?
— Sí.

Minji apagó el secador y lo puso en el tocador, entró en su vestidor y sacó un abrigo largo marrón claro sin bolsillos.

— Pareces cansada, ¿no dormiste anoche? — Hanni se bajó de la cama y se acercó a Minji mientras caminaba hacia la mesita de noche para coger su móvil.

Por supuesto que Minji no pudo dormir, estuvo despierta toda la noche pensando en el ex de la vietnamita. También pensó en su actitud hacia Hanni, pero sus sentimientos de incertidumbre seguían siendo fuertes.

No podía estar cerca de esa mujer, tenía que mantener las distancias con ella.
Pero no quería estar lejos de ella.

Y no quería que Hanni estuviera cerca de nadie más, aunque fuera Haerin.

Estaba perdida en sus pensamientos.

Su ensoñación se vio interrumpida cuando Hanni la abrazó. — ¿Estás bien? — frotó la espalda de Minji.

Incluso después de hacerle daño muchas veces, siempre vuelve y me da todo su amor.

No soy buena para ella.

— Tengo que irme ya. Puedes descansar hoy, no hace falta que vengas a la oficina, haré que la tía Ma venga a cocinar para ti. — Minji se soltó lentamente del abrazo de Hanni.

— ¿Por qué ? No estoy enferma. —Hanni frunció el ceño.

— Haz lo que te digo, Pham. — Minji salió del dormitorio y se dirigió a la cocina a por una bebida, tiró el abrigo en el sofá.

Hanni la siguió.

— Esta tarde tienes una reunión con un nuevo cliente de Italia...

Minji se sirvió Equil en su vaso de cristal y bebió de un trago. — Sí, a las dos de la tarde. — puso el vaso en el fregadero y se dirigió al sofá a por su abrigo.

— ¿Y la invitación a la reunión de la junta esta tarde?.

— Danielle me ayudará, Haerin dijo que estaría hoy.
Minji se puso el abrigo, Hanni seguía mirándola confundida, preguntándose por qué tenía que estar en casa.

—No vayas a ninguna parte, vuelve a dormir. Hoy estás libre.
— ¿Qué quieres cenar?
Minji detuvo sus pasos y giró la cabeza hacia Hanni. — Lo que tú pidas o cocines. — luego pulsó el botón de su ascensor privado.

— Espera. — Hanni trotó hacia ella, se puso de puntillas para besar a Minji en los labios y la abrazó con fuerza. — Espero que tengas un buen día. — le dijo.

Minji apretó la mandíbula, tenía sentimientos encontrados.

¿Por qué Hanni sigue comportándose así con ella?

No puedo... no puedo hacerle más daño.

Minji se limitó a besar la frente de Hanni y entró en el ascensor.