Slow Dance With The Devil [Bbangsaz G!P]

Déjame conocerte mejor (2)

Su reloj marcaba las cuatro de la tarde. Minji bebió un sorbo de agua y miró a Hanni, que seguía dormida en el sofá.

La mujer gruñó, luego empujó la mano de Hanni con el pie, lo hizo varias veces hasta que la más bajita se movió.

Hanni solo se movió para recolocar la cabeza en el cojín del sofá.

Minji volvió a empujar la mano de Hanni, con más fuerza. La vietnamita murmuró incoherencias, y eso fue todo.

Minji se levantó y se acercó a Hanni, mirándola a la cara. — Pham. — llamó.

Hanni seguía sin moverse. Minji tocó la mejilla de la mujer, muy elástica y suave.
Minji cerró los ojos, resistiendo el impulso de tocar otras partes del cuerpo de Hanni.

Luego bajó la cabeza. — Pham Ngoc Han — susurró en voz baja al oído de Hanni, y su mano se movió para tocar suavemente los labios entreabiertos de Hanni.

Hanni abrió los ojos lentamente.

Minji retiró la mano y se enderezó.

— Despierta, tengo hambre.

Los ojos de Hanni se abrieron de par en par al oír la voz, y se quitó la manta del cuerpo.

¿Manta?

Hanni miró, Minji estaba de pie frente a ella, cruzando los brazos delante del pecho. — Te doy cinco minutos para que te prepares. — dijo.

Hanni se levantó del sofá tambaleándose un poco, pues aún tenía sueño, y casi chocó con Minji. ¿Cómo podía ser ella la que estaba dormida en el sofá y Minji sentada en el sofá de enfrente?

Se dirigió a la cocina, cogió un vaso y lo llenó en el dispensador. Se lo bebió y se dirigió a su dormitorio. Veinte minutos más tarde salió y se dirigió a la percha que estaba junto a la puerta, poniéndose el abrigo.

— Estoy lista, señorita. — dijo.

Minji se levantó del sofá, agarro su chaqueta y se acerco a Hanni, de pie frente a ella, mirándola.

— ¿Te has arreglado otra vez? — le preguntó,
— Mi maquillaje es el mismo que antes. — respondió Hanni.
Minji la observó.

Hanni aparto la mirada, esperando nerviosa.

Entonces Minji se puso la chaqueta y se dirigió hacia la puerta, Hanni respiró aliviada lentamente, luego siguió a Minji.

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El Maybach blanco llevaba cinco minutos en el aparcamiento, las pocas personas que había dentro del local lo observaban porque allí nunca había un coche tan lujoso como aquel.

Minji ojeó el restaurante de pollo frito que tenían delante.

— Dijiste que podía elegir nuestro lugar para cenar. — dijo Hanni en voz baja, miró a Minji.

¿Acaso a la gruñona le disgustaba comer en un restaurante mediocre?

Minji apagó el motor del coche. — Lo hice. — dijo, luego abrió la puerta y salió del coche, Hanni la siguió.

Entraron en el restaurante. — Querida. — una mujer fornida de mediana edad se acercó a Hanni y la cogió del brazo mientras sonreía cálidamente. — Ajumma. — Hanni inclinó la cabeza.

— Has traído a una amiga, eso significa que tengo que preparar dos raciones esta noche. — sonrió la mujer. — Es guapa. ¿Es tu amiga especial? — susurró. Hanni sonrió torpemente. — Uuhmm..
— Sí, soy su cita. — dijo Minji de repente.

Los ojos de Hanni se abrieron de par en par mirando a su jefa, la mujer soltó una risita. — Cielos, qué encantadoras son, vengan a sentarse. — tiró del brazo de Hanni hacia una mesa en un rincón de la sala, Minji las siguió.