Manos rotas

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El hombre de mediana edad agitó el vino en su copa y la colocó junto a su plato. Sus ojos miraron a su hija adoptiva, sentada frente a él.

— Creo que no has venido sólo a cenar conmigo. — dijo entonces.
Haerin dejó los palillos y se limpió la boca. — Quiero que reconsideres el resultado de esa apuesta. — dijo.

Sus ojos de gato miraron fijamente al señor Kim. — Quiero que Minji siga siendo CEO.

El señor Kim observó detenidamente la cara de Haerin, luego se burló. — Pensé que querías hablar del nuevo gran proyecto, pero resulta que dijiste eso.

— Casi conseguimos el contrato. — Haerin apretó los dientes.

El señor Kim la miró con pereza, esperando su siguiente frase.

— Sólo hacía falta una firma, pero su líder es mi ex, e hizo una petición ridícula. —las manos de Haerin se cerraron en puños y sus ojos miraron al hombre que tenía delante con odio. — Minji lo rechazó para salvar mi dignidad. — dijo enfadada.

— Minji no se merece esto...— los ojos de la mujer se vidriaron.

— Deberías haberle enseñado a tener más cuidado al hablar, ahora tiene que aceptar las consecuencias. Y no me importan tus tratos, el resultado es lo más importante.

Haerin golpeó la mesa. — ¿Cómo puedes hablar así? ES TU HIJA!!! —gritó.

El señor Kim miró fríamente a Haerin. —No tolero los errores ni las excusas en los negocios. Minji lo sabe y lo acepta, así que tampoco deberías intentar interferir.

— Minji tenía razón. — Haerin murmuró, el señor Kim alzó las cejas. — Eres un dictador sin corazón, que sólo piensa en sus negocios y en ti mismo. No dudas en pisotearnos para hacerte más exitoso y famoso.

Haerin miró profundamente a los ojos del hombre de mediana edad. — Tu muerte sólo estará rodeada de tu dinero y compañía, sin que nadie se preocupe por ti, ni siquiera tu propia familia. — dijo con rostro inexpresivo.


Una fuerte bofetada aterrizó en la mejilla de Haerin haciendo que su cara se echara hacia un lado, miró al señor Kim y otra fuerte bofetada se alojó de nuevo en su mejilla.

— Tienes suerte de que mi culpa hacia ti no me haya llevado a castigarte como hice con Minji. — gruñó el hombre, su mano temblaba por la cantidad de fuerza que ejerció para abofetear a Haerin.

Haerin le devolvió la mirada, la sangre cayendo lentamente por la comisura de sus labios que habían empezado a hincharse.

— Dimitiré. — sus lágrimas rodaron por sus mejillas, la ira alcanzó su punto álgido dentro de su cabeza, pero intentó mantener la calma.

El señor Kim tiró del cuello de su jersey, sus caras muy cerca. — Tienes un contrato conmigo. Dentro de tres meses ocuparás el puesto de Minji, así que espero que no te comportes de forma extraña durante ese tiempo. — gruñó.

— El mes que viene es diciembre...— a Haerin le tembló la voz. — Me voy a Australia a conocer a la familia de Danielle. — continuó.

Haerin ya estaba planeando pedirle matrimonio a Danielle delante de sus padres.

— ¡Reprograma lo que sea que estés planeando hacer! — el señor Kim espetó. — Construcciones MK está trabajando en los planos de su nuevo megaproyecto. La reunión es en dos semanas y quiero que te encargues del nuevo contrato.

— ¡¡¡A LA MIERDA EL CONTRATO!!! — exclamó Haerin con enfado. Los ojos del señor Kim enrojecieron, levantó la mano y le dio otra bofetada en el mismo sitio.

Slow Dance With The Devil [Bbangsaz G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora