Ibiza.

1.8K 66 6
                                    

Nicole:
La verdad es que la llamada que tuve con Gabi me había afectado más de lo que yo hubiera querido, pero no era culpa mía que el fuera un celoso de mierda.
Joder, tío, te has ido por ahí con tus amigos y con la señora esa que te has conseguido, ¡déjame en paz!. Pero no podía, era superior a él.
A mi también me jodía muchísimo verlo con esa mujer, y lo que más me jodía era verlo compartir cosas con ella.
Que si en una moto acuática, que si se van juntos al río, o se van juntos a visitar a la madre de él; no sé, detalles que me jodieron en lo más profundo. Pero no por eso le llamo por teléfono, y no sería por ganas ¡eh! porque con gusto lo llamaría por teléfono para cagarme en su puta madre, o para decirle que me encantaría quemarle la casa con esa señora dentro.
Justo en ese momento escuché como mi móvil vibraba, así que lo cogí y vi que era House.
¿House? ¿Y este ahora por qué me llama?
Así que no lo hice esperar más y le contesté:
-¡Hola, House!
Y él me contestó por como siempre me llamaba, por mi apellido:
-¡Hola, Wallace!
Y yo rodé los ojos en respuesta, odiaba que me llamara por mi apellido, pero tenía muy claro que él jamás dejaría de hacerlo, por lo que simplemente le dije:
-Dime, ¿que pasa?
-Pues pasa que tienes al desgraciado de mi amigo subiéndose por las paredes.
Así que, yo me pregunto: ¿tendré que interrumpir yo mis vacaciones para que Gabi no se vaya hasta Jordania para que no se cargue a tus amigos?
Porque claro, yo es que estoy muy a gusto en donde estoy la verdad.
Y yo resoplé, esta situación ya me estaba tocando las narices a dos manos.
-No tengo por qué esconderme, y muchísimo menos del gilipollas ese.
¿Por qué, House? Él si puede pasearse por ahí, ¿por qué yo no?
-Osea, ¿que me vas a hacer volver de mis vacaciones, no?
-Ya lo siento, pero es que entre Gabi y yo no hay absolutamente nada.
-Wallace, te admiro, enserio te lo digo.
Pero cuando os ponéis así me dan unas ganas de pegaros, ¡dejarme vivir!
Y yo me eché a reír, sinceramente House me caía muy bien, y sabía que quería muchísimo a Gabi.
-Oye, cuida mucho a Gabriel y no permitas que se meta en problemas. Yo vuelvo en una semana, así que por favor no lo dejes solo.
Y oí como House sonreía detrás de la línea, y me dijo:
-¡Ay, Wallace! no lo puedes ocultar ¡eh! No te preocupes, que yo cuidaré de tu chico.
-No es mi chico.
-Vale.
-Hablo enserio, House.
-Y yo también, Wallace.
Gabriel:
Ya habíamos vuelto de las vacaciones, pero en vez de volverme a Madrid me fui a Barcelona con mi amigo Rodolfo me esperaba allí, y aunque un hotel en Barcelona me había ofrecido que me quedara allí a cambió publicidad, decidí quedarme en la casa de mi amigo Rodolfo.
Estábamos en la terraza de un bar cuando él me preguntó:
-Tio, ¿estás bien?
-No, no estoy bien.
Pero tampoco he venido aquí a llorarte, y muchísimo menos a darte por saco con mis problemas.
Vi como Rodolfo rodó los ojos, y me dijo:
-Para eso somos amigos, ¿no?.
Venga va, Gabi, enserio ¿que coño te pasa?
-Se trata de Nicole.
Rodolfo me miró sonriendo de una manera como si le estuviera confirmando sus sospechas, y me dijo:
-¿Te has liado con ella, no?
Y yo asentí sin poder negárselo, y me dijo:
-A ver que te entiendo.
Joder, ¡es que es preciosa, tío!
Y yo lo miré con ganas de querer matarlo, lo que provoqué las risas de él.
-Oye, oye, bro, tranquilo.
¿Que pasa?, que no te da ni la hora, ¿no?
-Básicamente ella tiene miedo de que nos vaya mal, entonces prefiere que seamos solo amigos.
Pero es que yo no puedo más, trato de hacer mi vida pero todo me va patas arriba.
Vi como Rodolfo asintió, y me dijo:
-Mira bro, si esa niña es para ti lo terminará siendo así se ponga el mundo por montera, así que relájate y estate tranquilo.
Dos días después vi que Nicole ya estaba en España, pero al parecer no había vuelto a Madrid, por lo que supuse que estaba en Ibiza.
¿Y si voy a buscarla a Ibiza?
No creo que ella se enfade por eso, era verano y casi todo el famoseo se iba para allá, así que no veía el problema en eso.
Estaba pensando en ello cuando recibí un mensaje, "hola papi, estoy aquí en Barcelona"
Mierda, Maritere. Joder, yo creía que entre nosotros estaba todo claro, pero ella insistia en vernos.
"Dime dónde estás, y paso a recogerte"
Una hora después Rodolfo me llevó con su coche hacia donde estaba ella, así que la avisamos con el claxon y se montó en la parte de atrás del coche.
-¿Os llevo a mi casa?
Preguntó Rodolfo, y yo le dije:
-No, acércame al hotel bella del centro y déjanos ahí.
-Vale.
Cuando llegamos Rodolfo aparcó el coche y cuando salimos de él yo ni siquiera me acerqué a Maritere, y además, necesitaba hablar con ella.
Íbamos andando por la calle cuando noté que alguien nos miraba, era una chica joven pero no nos dijo nada.
Seguramente nos había reconocido, y yo la verdad es que no tenía muchas ganas de hablar con nadie.
Cuando llegamos al hotel unos botones nos ayudaron con las maletas de ella, yo no llevaba ninguna pues mi intención era hacer la publicidad que ellos querían y pirarme de nuevo.
Cuando llegamos a la suite Maritere me miró como buscando una respuesta, pero yo no estaba muy dispuesto a discutir con ella.
Además, ¿discutir de qué? si no teníamos absolutamente nada.
Saqué mi iPhone y empecé a sacar unas fotos a la bienvenida que nos hizo el hotel, después los subí en mis stories y me dirigí a la puerta para irme, pero antes de hacerlo Maritere me preguntó:
-¿Se puede saber que coño te pasa, Gabriel?
Y yo me di la vuelta para concararme con ella:
-Pensé que tenías muy claro que entre tú y yo no hay absolutamente nada, tía, lo hemos pasado de puta madre así que yo pensaba que cuando volviéramos de las vacaciones cada uno se iba a ir a su puta casa.
Vi que ella me miraba con estupefacción, pero tenía que ser sincero con ella.
-Mira, lo hemos pasado de puta madre pero ya se acabó.
Tú tienes que volver a lo tuyo y yo a lo mío, ¡y ya basta por favor!
-Quédate conmigo.
-¡No! Mira quédate tú aquí, nadie te va a cobrar nada porque esto corre por mi cuenta al hacerles publicidad, pero yo ya me tengo que ir.
Le di un beso en la mejilla y me fui dejándola ahí, yo tenía que irme a Ibiza a por mí pecas.

Resiliencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora