Te voy a hacer el amor de nuevo, Pecas

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Gabriel:
Cuando Mariana y yo entramos en aquél hotel vimos como Nicole nos tiraba dagas con los ojos, y yo sentí una satisfacción que ahora mismo no sabría cómo explicar.
Mitad "por fin estás sintiendo lo mismo que he sentido yo, y mitad estás celosa porque me quieres"
Le hice un gesto a Mariana para que se fuera hacia la suite y me quedé en el vestíbulo hablando con Nicole, aunque hablar lo que se dice hablar como personas normales, poco.
Su fría mirada se clavó en mi cara, dios estaba condenamente guapa cuando se enfadaba.
Y yo sin poder resistirme empecé a picarla.
-¿Que tal el bingo? ¿Has cantado línea?
Su media sonrisa me dejó congelado en el suelo, aquél mensaje era Claro "me estás tocando los ovarios de una manera fuerte, deja de joderme"
Pero yo seguía tentado en molestarla, me gustaba molestarla hasta hacerla perder la paciencia.
-¿Y tú qué tal la cena con tu amiguita? ¿Os está dando ardores la tarta de queso? ¿O la carne esa que estaba media viva?
Mi sonrisa se ensanchó al verla tan cabreada, "te tengo"
-No, la verdad es que no. Estaba todo buenísimo, así que cuando quieras te llevo.
Nicole se acercó peligrosamente a mi dejándome pegado en el suelo, las ganas que tenía por comerle la boca me estaban desesperando.
-No, gracias. Mejor llévate a tu amiguita, lo necesita más.
-¿Celosa?
Su cara reflejaba las ganas que tenía de matarme, pero yo seguía disfrutando de aquella pequeña tortura.
-¿Celosa yo? ¿Y de esa chica? No, baby, no. Tal vez debería ser ella la que esté celosa, y tal vez si se quisiera un poquito no se dejaría utilizar por ti.
aquello me pilló por sorpresa, mis intenciones eran obvias.
-Yo no la estoy utilizando.
Nicole me miró y se acercó todavía más a mi casi rozando nuestras bocas, y me dijo:
-Te estás pasando y estás jugando a un juego muy peligroso, pero te voy a decir una cosa: deja de apretarme las tuercas, no te va a gustar.
Y ahora sí, buenas noches.
Y se alejó de allí dejándome sin aliento, ¿que había querido decir con eso?
Cuando la vi desaparecer me metí en la suite con Mariana, ella estaba asomada por la ventana tomándose una copa de champán.
-Perdón por hacerte esperar, es que tenía que hablar de una cosa con Nicole.
Ella asintió y dejó aquella copa encima de la mesa, y me dijo:
-Mira yo no sé qué jueguito te traerás con esa niña, pero yo no busco nada serio si es lo que te preocupa.
Entendí por donde iba, y las cosas con Nicole no podría ir peor así que no lo pensé más y terminé en la cama con ella.
Nicole:
De las ganas que tenía de volver a Madrid me daba hasta la ansiedad, necesitaba salir de aquí.
El pensar que Gabriel estaba en la otra habitación con esa estúpida me ponía de los nervios, yo no era tonta y sabía perfectamente lo que había pasado ahí dentro, pero no podía remediar los celos y el coraje que me daba en pensar en esas cosas.
Justo en ese momento Mercedes entró en mi habitación, quién hoy había venido para ver aquellas escenas tan importantes y que sinceramente no tenía ganas de rodar.
-¡Hola preciosa!
Mercedes cómo siempre tan atenta y cariñosa, y me hizo sentarme en la cama y con su mano me levantó la barbilla..
-¿Que te ocurre? Es por Gabriel, ¿verdad?
Y yo asentí, las ganas de llorar estaban ahí pero aún así me aguanté.
-Si, pero supongo que tiene solución como todo en la vida.
Mercedes se echó a reír para después sonreír con tranquilidad, y me dijo:
-Mira, si algo sé es que Gabriel está loco por ti.
Y si, tal vez se esté comportando como un auténtico gilipollas pero ya sabemos cómo son los tíos.
Yo asentí y me abracé a ella, ese domingo necesitaba estar tranquila.
Gabriel desapareció del hotel durante todo el día, supongo que con su amiguita y yo me quedé en el hotel con mi hermana y las chicas.
Y ahí fue cuando aproveché para subir un post en Instagram ya que desde lo del corte inglés no subía nada.
Gabriel:
Estuve durante todo el día con Mariana por ahí, y House ni siquiera me cogía el móvil y eso me frustraba muchísimo.
Cuando llegamos al AVE me despedí de Mariana y me fui camino al hotel, mañana sería un día duro.
Cuando entré en el hotel no había absolutamente nadie de producción, así que me fui directamente hacia mi habitación ya que mañana teníamos que estar despiertos a las seis y media de la mañana.
Pero para mí sorpresa me encontré con Mercedes en mi habitación, y en cuanto me vio me dió un súper abrazo.
-¡Hola Mercedes!
-¡Hola guapetón!
Yo le sonreí y me senté con ella en el sofá de la suite, y me dijo:
-Mira Gabriel, yo no quiero meterme en tu vida privada, pero ¿estás seguro de lo que estás haciendo? Nicole y tú os estáis comportando peor que Nick y Noah, y si te digo esto es porque os aprecio.
Yo agaché la cabeza, está situación nos estaba afectando a todos.
Hasta Iván había dejado de seguir a Nicole en Instagram, la tensión que vivíamos en el rodaje era palpable.
-Tienes razón, deberíamos tratar de llevarnos bien, al menos hasta que dure el rodaje.
Ella asintió y después de tomarse un café conmigo se salió de la habitación dejándome solo.
Al siguiente día el despertador empezó a sonar histérico, ¿por qué tenía que ser tan molesto, coño?
Me levanté de la cama y me metí en la ducha dejando que el agua caliente invadiera mi cuerpo, y cuando ya estuve preparado nos metimos en la furgoneta de producción.
Nicole ni me miraba, iba media muerta de sueño y sabía que de un momento a otro se iba a caer.
Cuando la furgoneta pegó un volantazo Nicole se venció hacia adelante y yo tuve que sujetarla para que no se pegara un golpe pegándola en mi pecho, Nicole ni siquiera sé inmutó pues seguía en el quinto sueño.
Víctor me miró fijamente y ladeó una sonrisa torcida, y me dijo:
-Como te aprovechas de la situación, eh.
-Cállate.
Víctor levantó las manos en señal de paz, y Eva me lanzó una chaqueta para tapar a Nicole, y me dijo:
-Espero que hoy esté más relajada, aunque con ese sueño que tiene seguro que así será.
Yo asentí pegando mi barbilla en su coronilla, sentirla respirar contra mi pecho era algo que me ponía muy feliz.
Cuando llegamos desperté a Nicole, y cuando me vio se apartó de mi poniéndome mala cara.
Genial, pero tú te tomas un café conmigo.
Así que, me dirigí al catering que estaba allí montado y cogí dos cafés calientes con unos bollitos.
Nicole estaba sentada en una silla con su móvil en la mano, y cuando me notó frente a ella me ignoró.
-Toma, te va a venir bien.
Ella me miró con indiferencia, pero al menos aceptó el café con el bollito.
-Gracias.
Yo sonreí ante su gesto y le dije:
-¡Que educada!
Ella me miró clavándome la mirada, joder contra más la miraba más se le dilataban las pupilas.
-¿Por qué me miras así? ¿Tengo monos en la cara?
Yo sonreí de lado y me agaché a su altura, y le dije:
-¿Te das cuenta que cada vez que estoy cerca de ti las pupilas se te dilatan?
Ella entrecerró los ojos como para intentar conseguir que sus pupilas volvieran a la normalidad, pero fue peor porque se le dilataron todavía más, y yo negué con la cabeza riéndome.
-Se te acaban de dilatar todavía más.
Nicole se levantó de la silla y yo fui detrás, y le dije:
-Eres una cobarde, siempre huyes de mi.
Nicole se dió la vuelta y me dijo:
-Y tú siempre buscas otras bragas en donde meterte; y sin embargo sigo con mi vida, haz tú lo mismo, te vendrá bien.
Cuando fui a contestarle apareció Chloe con un gatito de los más bonito, y Nicole se volvió loca enseguida con el bicho ese.
-¡Ay! ¿Y este bebé?
Chloe le sonrió a su hermana y le dijo:
-Se llama Zeus.
¡Buenos días Gabriel!
Yo sonreí a Chloe, sabía que en algún momento compartiríamos una charla pero no seria ahora mismo.
El ambiente en el rodaje se había calmado muchísimo, Nicole estaba más suelta conmigo y con Iván parecía que ya estaba muchísimo mejor, y yo que me alegraba.
Mercedes iba y venía de lo más feliz, sin duda estaba contenta con el resultado.
Esa noche decidí irme solo a un bar, necesitaba despejar las ideas.
Quién me tenía preocupado era House ya que no me cogía el móvil, y llamé a Marina quien me contestó al tercer timbrazo.
-Dime Gabriel.
-¿Sabes dónde está House?
-Si, se ha ido a Madrid.
Escuchar eso me puso de mal humor, y le dije:
-¿Y eso por qué?
-Porque tenía cosas que hacer.
-Ya, bueno. Dile que por favor que en cuanto pueda me coja el móvil, necesito hablar con él.
-Claro, de tu parte.
Pero antes de colgar necesitaba saber una cosa, necesitaba saber que Nicole estaba en el hotel y que no estaba con nadie más.
-Eh, Marina, no me cuelgues por favor..
-Tu dirás.
-Nicole, ¿está en el hotel?
Escuché como Marina se reía detrás de la línea, genial seguro que Nicole estaba atenta a la llamada.
-Pues si, está aquí conmigo. Pero las dos estamos deseando de que ya sea sábado, ya sabes para irnos de copas por ahí.
Aquello me hizo tensar la mandíbula cada vez más, el solo pensar que cualquier otro podría ponerle las manos encima y hacerle lo mismo que yo me entraban unos calores del mismo coraje que ya no podía más.
Y sin pensármelo dos veces la colgué, sabía perfectamente que Nicole y Marina se lo estaban pasando de puta madre a mis costa.
Estaba tomándome mi última copa cuando escuché una canción de Lola Índigo que decía:
"Sigo buscando el antídoto yo bebí de tu boca y fue tóxico, oh, oh
No he aprendido no oh, oh.
Porque en tu cama yo sigo atrapada, no tengo cadenas, me agarra tu almohada.
Al olor de tu piel siempre estuve enganchada, y tu cuerpo mi droga y tus ojos la calma.
Siempre le quitas minutos a mi reloj
Pero me gusta y no puedo decirte adiós.
Lo que no extraño pero sie.pre me faltó oh, oh
El amor veneno nunca se fue, tú siempre vuelves para romper lo que soy yo oh, oh, pero ya no oh, oh.
Siempre que llamas, quiero volver
Yo soy la débil, vuelvo a caer, esta vez no oh, oh
Ya se acabó oh, oh
Amor veneno
Yo ya sabía que no era bueno
Amor que fue mi adicción oh, no
Amor veneno
Yo ya sabía que no era bueno
Amor que fue mi adicción oh, no
Lo que no extraño pero siempre me faltó"
-Camarero, ponme otra copa.
Nicole:
Después de escuchar el manos libres de Gabriel y de Marina supe al instante que yo podía joderlo y mucho, y lo haría, solo esperaba el momento perfecto.
Después de un rato mi móvil empezó a sonar y cuando me lo puse en la oreja escuché:
-No te puedo sacar de mi mente, ¿que me has hecho, niña?
La voz de Gabriel se escuchaba entrecortada y borracho, y le dije:
-¿Donde coño estás?
-Como si te importara.
-Gabriel, ¿que donde coño estás?
-No me has contestado, ¿que coño me has hecho?
¿Por qué estamos tan jodidos? ¿Por qué no podemos ser normales?
Aquello me dejó pensativa, pero yo tenía que sacarle donde estaba.
-Gabriel, ¿donde estás?
-En un bar que se llama el Ramiro o el Casimiro, yo que coño sé.
-Vale, ya sé dónde es. Quédate ahí, ¿me estás escuchando?
-Si.
Marina y Chloe me miraron sorprendidas como cogí corriendo mi chaqueta y como de rápido me ponía las zapatillas, tenía que ir a por él.
-Ay, hermanita, para no importarte su suerte no dudas ni un solo segundo en ir a buscarlo, que cosas ¿no, Marina?
-Y si.
Yo rodé los ojos, no tenía tiempo para estas estupideces.
En cinco minutos llegué a aquél bar ya que estaba justo enfrente del hotel, y cuando entré lo vi sentado en la barra tomándose hasta el agua de los floreros.
Cuando me acerqué a él me miró como si me debiera dinero, y le dije:
-¿Te estás vengando de mi por lo de la otra noche, no? Me has cogido envidia y ahora el que se emborracha eres tú.
Gabriel se echó a reír, y cuando fue a pedir otra copa yo negué con la cabeza al camarero quién se encogió de hombros.
-Me parece que ya has hecho suficiente caja con él, así que yo creo que ya te vale. Y tú, vámonos.
¡Mueve el culo!
Gabriel se levantó y se despidió del camarero:
-Hasta luego Evaristo.
-Paquito.
-Eso, Paquito.
Yo me quería reír, ¡la madre que lo parió!
Cuando llegamos al hotel lo acompañé hasta su habitación, necesitaba meterlo en la bañera.
Así que como pude le fui quitando la ropa y lo metí dentro del agua, necesitaba ir a por un café.
-Ahora vengo, necesito traerte un cafelito bien cargadito.
Gabi asintió cerrando sus ojos y yo me fui a por su café, necesitaba que se le pasara la borrachera.
Cuando entré en el baño con un termo en la mano y con una toalla en la otra Gabriel abrió los ojos de par en par, y observó cómo dejaba encima del lavabo aquel termo.
Y sin esperármelo me cogió por la cintura y me metió en la bañera con él diciéndome:
-Te voy a hacer el amor de nuevo, Pecas.

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