Gabriel:
Cuando escuché que llamaban a la puerta me levanté corriendo del suelo ya que estaba haciendo flexiones, estaba malditamente seguro de que era ella, mi pecas.
Cuando abrí la vi tan bonita como siempre, aunque se notaba por la cara que tenía que había pasado una semana de mierda.
Así que cuando la vi no perdí la oportunidad de cogerla sobre mi y hacer que me rodeara con sus preciosas piernas, y después la metí conmigo en mi habitación.
Cuando ya estuvimos dentro me senté en la cama y la puse a horcajadas sobre mi, haciendo que sus piernas siguieran rodeándome la cintura.
Nicole se aferró a mi enterrando su cara en mi cuello mientras lloraba desconsolada, pareciera como si se hubiera estado conteniendo.
-Ey, pececito, mírame por favor.
Nicole apartó su cara de mi cuello y pegó su frente con la mía, mientras que aparté su pelo que se le estaba pegando por toda la cara.
-Yo estoy bien, mírame por favor.
Nicole negaba con la cabeza y después me besó, la sal de sus lágrimas me quemó y yo intensifiqué el beso.
Su lengua entró en mi boca con desesperación, primero me mordió el labio de abajo tirando de él y después entró de lleno en mi boca.
La desesperación se había apoderado tanto de mi como de ella, y le quité el vestido marrón que llevaba puesto por encima de las rodillas.
Después me deshice de su ropa interior de encaje de color negro, para después pegarla contra aquella enorme cama.
Sin decirnos nada más me enfundé en un condón, y poco a poco me metí en ella.
Puse sus manos arriba de su cabeza, y después enterré mi cara en su cuello aspirando ese aroma de aire de lowe que me tenía complemente cautivado.
Poco a poco me fui arrastrando hacia su oído, y le dije:
-Eso es muñeca, revienta conmigo.
Nicole echó la cabeza hacia atrás mientras que yo le chupaba el pecho, primero uno y luego el otro haciéndola gemir fuertemente para después darle la vuelta y ponerla encima de mi.
Puse mis manos sobre sus caderas y la guíe de arriba abajo, ni siquiera lo vi venir cuando la tuve gritando sobre mi su liberación haciendo que yo la siguiera por su mismo camino.
Después cayó sobre mi pecho tratando de recuperarse, mientras que yo le aparté el pelo de la frente y se la besé.
-¿Todo bien, pecas?
Nicole despegó su cara de mi pecho y me miró sonriendo, esa cara triste ya había desaparecido.
-¡Todo de puta madre!
Y mi sonrisa se ensanchó al verla así de contenta, me ponía muy feliz.
Pero de pronto, vi que la preocupación se volvía a apoderar de ella.
-Y bien, ¿ahora que se supone que va a pasar?
Yo resoplé soltando todo el aire que me cabían en los pulmones, y le dije:
-Pues este viernes se supone que tengo un juicio rápido, así que habrá que esperar.
Vi que la desesperación volvía a apoderarse de ella, y yo traté de calmarla..
-Oye, todo va a salir bien.
Pero Nicole negaba con la cabeza, y me dijo:
-Yo lo sé, yo sé que todo va a salir bien porque tenemos lo principal, y es que eres inocente.
Yo sonreí tanto al escuchar de su boca que yo era inocente que no me pude contener más, y con mis manos la cogí de la cabeza y la besé, esta chica era adictiva.
Cuando me aparté pegué mi frente con la suya haciendo que nuestras narices chocaran.
-¡Me vuelves loco!
Ella me sonrió y me devolvió el beso, y ahí fue cuando caí en la cuenta de lo alta que tenía puesta la música y que sonaba de fondo la canción de Rauw Alejandro y Rosalía.
"Si el amor que me das huele a tabaco y melón y a domingo en la ciudad.
Y si tú me esperas el tiempo puedo doblar, el cielo puedo amarrar y dártelo entero.
Yo quiero que me de' otro beso uno de esos que tú me da'
Estar lejos de ti e' el Infierno tar cerca de ti e' mi paz
Y es que amo siempre que llegas y odio cuando te vas
Yo me voy contigo a matar
No me dejes solo
¿Pa dónde vas, pa dónde vas?"
-Gracias por creer en mí, gracias muñeca.
Nicole me cogió de la cara y me dijo:
-Las personas que te conocemos de verdad sabemos que eres incapaz de cometer semejante bajeza, yo confío en ti, siempre lo he hecho.
Vi como sus mejillas se teñían de rojo y como las pupilas de sus ojos ahora verdes, se dilataban, y ahí fue cuando caí en la cuenta de que siempre se le dilataban cuando estaba conmigo.
Estuvimos toda la tarde hablando, besándonos, ¿y porqué no? Follando, si, eso era lo que hacíamos tras las paredes de esta enorme habitación.
La tenía para mí, la tenía conmigo mirándome con esos ojos de gata que me tenían desquiciado.
Y yo sabía que me la merecía, me merecía estar con ella como ella se merecía estar conmigo, y no es por vanidad pero yo soy el hombre de su vida y algún día eso lo tendrá que aceptar.
Estaba pensando en eso cuando la tenía completamente mojada encima de mi después de habernos dado una buena ducha, mientras estábamos tumbados en la cama cuando ella me dijo:
-Mañana tengo muchas cosas que hacer, como irme por ahí de turisteo al menos para que me vea la gente, y ya después tengo que prepararme para ese maldito festival, la verdad es que no me apetece nada.
Sólo lo he utilizado para poder verte, necesitaba verte y saber que estabas bien.
Yo le sonreí y le levanté la barbilla con una mano y le planté un besazo que se escuchó hasta en roma, y mirándola a los ojos la dije:
-Haz lo que tengas que hacer, ponte más guapa de lo que ya eres, aunque con esa carita que tienes podrías ir con la cara lavada porque llamarás la atención igual.
Pero sobretodo disfruta, disfruta mucho pequeña, no dejes que lo que me ha pasado te amargue.
Ella asintió, y aunque yo sabía que mis palabras le habían hecho bien odiaba ese festival más que a nada en el mundo.
Al siguiente día ella se vistió y se fue con su representante pues ese día tenía la agenda más que apretada, y a mí no me tocaba otro remedio que dejarla tranquila.
Y yo simplemente me dediqué a lo que me había dedicado en los últimos días, a hacer ejercicio y a estudiar los guiones de las películas.
Cuando estaba haciendo pesas escuché como mi móvil sonaba histérico y lo cogí, era una videollamada de House.
Y House al mirarme la cara se echó a reír, y me dijo:
-Hombre, ¿que tal? Se te ve buena cara, ¿no?
Yo negué con la cabeza y me eché a reir.
-Vete a la mierda, House.
-Tienes una cara de que has echado un buen pol...
Y yo le interrumpí riéndome:
-¡Cállate! Eres un capullo.
-Va, enserio. ¿Todo bien con ella?
Y yo asentí muy feliz, por supuesto que iba todo bien con ella.
-¡Sii, muy bien!
Y de repente vi que la cara de House escondía cierta culpabilidad:
-Oye hermano, te tengo que contar una cosa.
Lo primero: Maritere no deja de intentar en ponerse en contacto contigo.
Lo segundo: está usando tu caso para llamar la atención.
Y lo tercero: he puesto en mi canal de difusión que al final iba a tener los mismos gustos que uno que yo me sé refiriéndome a ti, y tus fans se han dado cuenta.
Lo primero que Maritere esté haciendo lo que está haciendo no me sorprende porque básicamente estaba loca, y yo lo tenía más que asumido.
Lo segundo, sabía perfectamente que ella utilizaría esto para conseguir más seguidores, ella era así pero sinceramente me daba igual.
Y lo tercero, iba a matar a House.
-Oye, tú lo de estarte calladito no lo llevas muy bien, ¿verdad?
-Perdóname tío de verdad.
-No te preocupes. Ahora dime una cosa, que es muchísimo más importante que todo eso que me has dicho.
Manuelito ha estado alejadito de mi chica, ¿verdad?
-La verdad es que la Wallace no estaba de humor para estar con nadie, se refugió en su hermana y la amarilla.
Escuchar eso me puso muy contento, aunque también muy triste porque sabía que ella estaba así por lo que pasó conmigo.
-Pero una cosa, yo estoy seguro de que es gay.
Y yo resoplé soltando todo el aire, y le dije:
-Es qué para ti todos los hombres que se acercan a ella son gays, todos, no hay uno hetero.
Y House se echó a reír negando con la cabeza.
-Lo que te quiero decir con esto hermano, es que si él se acerca a ella no trates de partirle la cara porque si no, perderás lo poco que has conseguido con ella.
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Resiliencia
أدب الهواةNicole y Gabriel se conocieron en Skam, nada más conocerse tuvieron una química brutal, su complicidad fue inmediata y crearon una amistad muy grande. En ese entonces Gabriel tenia pareja, y la relación entre Nicole y Gabriel no fue más allá de una...