Los secretos de tu cuerpo.

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Gabriel:
Cuando salimos de allí la policía ya lo había capturado, el tal Fausto Merino ya estaba fichado por la policía y lo llevaban buscando meses.
Lo peor, es que ese hombre tenía a mucha gente detrás y me daba muchísimo miedo de que irían a por Nicole, pero tenía que confiar en que todo eso se había quedado atrás.
Dos horas después quedé de encontrarme con Nicole en el trastero de su casa, queríamos hacer todo lo posible por esconder lo nuestro.
Así que, cuando entré en aquél sitio puse la luz y esperé a que ella viniera.
Un rato después noté como unas manos me tapaban los ojos y después la escuché reírse en mi oreja arrancándome una sonrisa, yo le agarré de una mano y la puse frente a mi y le di un fuerte beso dejándola sin aliento, y cuando se separó de mi me dijo:
-Te he echado de menos, moreno.
Escucharla decir que me había echado de menos me había hinchado de ilusión, yo siempre he sabido que me quería pero oírlo de su boca ya era otra cosa.
-¿Me has echado de menos?
La sonrisa de Nicole se ensanchó, y me dió un beso sobre mis labios dejándome sin aliento.
-¡Te quiero, rubia! 
Ella me miró y supo de inmediato que yo estaba preocupado, y me preguntó:
-¿Te ocurre algo?
Yo asentí, y como quería que lo nuestro fuera bien tenía que contarle lo que había pasado con House.
-Si, me ocurre algo y nada agradable.
Nicole me miró preocupada y yo le tuve que contar absolutamente todo, y para mí sorpresa no se enfadó conmigo pero si me dijo:
-Eso es muy peligroso, Gabi.
Pero yo hubiera hecho lo mismo por Marina o por cualquiera de mis amigas, tranquilo.
Noté como me fui relajando poco a poco, lo que menos quería era que ella se enfadara conmigo..
-Gabi, no puedes vivir con el miedo de que yo me enfade.
Yo también intentaré tomarme esto más con más calma, porque si algo tengo claro es que quiero que esto salga bien ¿vale?
Yo asentí sonriendo como un loco, ¿sería posible tener tanta suerte? No lo sabía, lo único que sabía era que había estado detrás de ella desde durante seis años y que ahora mismo le iba a enseñar lo bueno que era estar conmigo.
-¡Te quiero!
Y otra vez sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, me había dicho te quiero y de inmediato se le habían dilatado las pupilas.
-¡Yo también te quiero, nena!
Nicole me atrajo hacia ella y me besó, y después noté como su aliento me acariciaba una oreja, y me dijo sobre mi oído:
-¿Quieres correr conmigo por la ciudad?
Aquella pregunta me pilló de sorpresa, ¿quería correr conmigo por la ciudad?
Y yo para picarla con una sonrisa pícara la dije:
-Hombre yo quisiera correr, pero de otra manera...
Nicole lo captó enseguida y me pego un manotazo sobre mi brazo, y yo me eché a reír.
-¡Idiota!
Yo la atraje hacia a mí y la besé, quería saber porque quería salir corriendo.
-¿Por qué quieres salir corriendo?
Ella me miró con sus ojitos, y esos morritos gorditos que me tenían loco.
-Para escapar del miedo.
-¿Para escapar del miedo?
Pues salgamos corriendo.
Cuando salimos del trastero yo me fijé en que no habría nadie, y ahí fue cuando le di la mano y empezamos a correr por las frías calles de Madrid.
Aquello se podía resumir en que era diferente, Nicole me llevaba a nuevas alturas.
Cuando terminamos de correr nos metimos en mi casa, necesitaba estar a solas con ella.
Una vez que entramos la besé contra la pared, y con mis manos la fui desnudando poco a poco.
Su lengua se metía en mi boca sin descanso y yo simplemente me dejaba avasallar por ella, y es que estando debajo de sus manos me dejaría hacer cualquier cosa.
Nicole:
Correr de su mano por las calles de Madrid me dió una sensación de libertad que jamás había tenido con él, y joder, esa sensación quería que siguiera para siempre.
Sabia que éramos muy iguales, pero también eramos muy opuestos uno del otro.
Mientras que a él le importaba todo una mierda yo siempre trataba de esconder todo lo relacionado conmigo todo lo que me fuera posible, no quería dejar expuestos mis sentimientos.
Pero esta vez yo tenía que ser valiente, muy valiente y hacerme cargo de lo que sentía, sobre todo no dejar que nadie, absolutamente nadie se metiera en lo nuestro.
Sentí como las manos de Gabriel me apretaban el culo y terminamos follando encima de su sofá, y aunque a mí me apetecía algo más romántico no pude resistirme a su urgencia y terminamos juntos el resto del día.
El lunes se vino algo ajetreado, si bien no teníamos que grabar por la mañana si teníamos que hacerlo por la tarde noche, y eso era aún más pesado.
Estaba en mi casa con Gabriel cuando escuché el ruido de la cerradura de mi casa, y Gabriel tuvo que levantarse corriendo y esconderse en mi armario mientras yo me descojonaba de la risa.
-Nicole, hermanita, soy yo, Chloe.
Yo me levanté corriendo y me puse la ropa interior que estaba esparcida por el suelo, después me puse un camisón y salí hacia el salón.
-¿Que haces aquí?
Chloe me miró riéndose, y con la cara de saber cosas me preguntó:
-¿Por qué? ¿Escondes algo?
Yo abrí los ojos como platos y empecé a ponerme aún más nerviosa, y como pude le conteste.
-No, es solo que me asustaste.
Chloe asintió aunque con cierta duda en su cara, y después se sentó en el sofá.
-¿Estás segura de que estás bien?
-Si, si, si. Estoy bien, muy bien.
-Eso veo, se te ve genial.
Chloe me miró esperando a que me sentara junto a ella, pero yo no lo hice y me seguí quedando de pie frente a ella.
-Eh, si, gracias a Dios estoy bien.
-¿Por qué no te sientas?
Mi hermana me estaba poniendo muy nerviosa, demasiado nerviosa.
-Es que, me voy a tomar un café.
Chloe asintió, y yo me metí en la cocina para enviarle un WhatsApp a Gabriel.
"Sal del armario, mi hermana no creo que entre en mi habitación.
Y por favor, no salgas"
Enseguida recibí su respuesta:
"No te preocupes, pecas, que yo de aquí no salgo.
¡Te quiero!"
Y yo empecé a sonreír como una estúpida, y mi hermana me sacó de aquél pequeño trance.
-¿Se puede saber por qué sonríes de esa manera?
Cuando me di la vuelta la vi apoyada en el umbral de la puerta de la cocina, los nervios inmediatamente se apoderaron de mi.
-Eh, no, sin más. Es que me han enviado un mensaje que me ha hecho gracia, nada más.
Chloe me miró sin creerme absolutamente nada, no me creía y yo lo supe inmediatamente.
-Ya, seguro.
Bueno, yo me voy ya.
Eso sí, mañana tengo la presentación de mi libro y el miércoles me tengo que ir para Barcelona, espero que todo te vaya igual de bien.
Yo le sonreí a mi hermana y la abracé, ¿y para que mentirnos? deseando que se fuera.
Cuando se fue yo solté todo el aire que me cabían en los pulmones, y ahí fue cuando vi a Gabi saliendo de mi habitación y riéndose de mí.
-No te rías, eh.
Pero Gabriel siguió riéndose y vi como se abrazaba la tripa con las manos, mientras que yo lo observaba cruzándome de brazos y, al final me terminó contagiando a mí y también me reí con él.
-¡Para!
Gabi se acercó a mí estirando una mano para agarrarme del brazo y me atrajo hacia él, y mirándome fijamente me dijo:
-Te voy a robar todos los secretos de tu cuerpo, aunque ya me los sé.
Yo lo miré pícara mordiéndome el labio de abajo, y le solté:
-¿Ah, si? ¿Y que vas a hacer conmigo?
Vi como una sonrisa se asomaba por sus hermosos labios, después volvió a tirar de mi y me pegó contra la pared sin dejarme un hueco para escapar.
-De una manera en que no vas a querer que te suelte.
Gabriel me cogió sobre él cerrando mis piernas tras su espalda, y después observé cómo se quitaba su ropa interior y se ensartó en mi golpeando contra la pared.
Mi boca se estampó contra su cuello mientras se lo lamía de arriba abajo, y Gabi enterró su cara en mi cuello mientras que gemía su placer.
Con mis manos le agarré de la cara y lo besé, necesitaba de su boca más que nunca.
Cuando sentí que su lengua se metía desesperada en mi boca sentí que me iba a ir ya, sentirlo dentro de mí era como el puro cielo.
Los dos nos fuimos en la boca del otro, y cuando me tranquilicé nos metimos en la ducha ya que esa noche nos tocaba grabación.
A las nueve de la noche ya estábamos en el sitio donde íbamos a grabar la gala Leister, esa gala que tanto temíamos.
Todos los ojos estaban puestos en nosotros, en Gabriel y en mi observando nuestros comportamientos.
Marta Hazas se me acercó con una sonrisa mientras que yo estaba sentada mirando el móvil, y me dijo:
-Me alegro ver que ya estáis mejor, espero que sigáis así porque ante todo sois amigos y os conocéis desde hace mucho.
Yo asentí, Marta era muy buena mujer y me caía muy bien.
-Si, Gabi y yo hemos hecho un trato y lo estamos cumpliendo.
Marta me levantó la barbilla para que la mirara en la cara, y me dijo:
-Mira, yo sé los sentimientos que tenéis Gabi y tú, pero también sé que no es nada fácil grabar con el chico que quieres pero todo irá bien.
Yo asentí sonriendo y la abracé, y aunque no era mi madre siempre me había tratado como tal y me hacía sentir muy bien. 
-Gracias, Marta.
Unas horas después habíamos grabado algunas escenas, y sinceramente nos había desgastado. Esa gala iba a ser muy dura, y yo ya me estaba asfixiando.
Mercedes estuvo en el rodaje y tan amable como siempre, y de paso grabamos un par de cosas para promocionar la nueva película de Marta que además, había grabado con su marido.
Gabriel me miró y me guiñó un ojo mientras que yo trataba de contener una sonrisa, y Eva se percató de ello.
-Parece que las cosas van mejor entre vosotros, me alegro.
Yo disimulé todo lo que me fue posible para que Eva no se diera cuenta, y le dije:
-Si, es que hemos estado hablando las cosas y lo mejor es esto, llevarnos mejor.
Eva asintió aunque no muy convencida, y me preguntó:
-¿Seguro?
-Si, seguro.
Eva asintió, aunque esta vez algo más convencida que antes.
Justo en ese momento se me acercó Gabriel para coger una manzana, y sin que nadie se fijara me dijo:
-No sabes las ganas que tengo de comerte esos labios gorditos.
Yo abrí los ojos como platos y él se alejó pegándole un bocado a la manzana.

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