¿Sexo de despedida?

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Nicole:
Me habían esposado y encerrado junto con Gabriel, esto no podía estar pasando.
Gabriel me miró de muy malas maneras, él tampoco se esperaba aquello pero estaba malditamente segura de que él estaba cabreado conmigo por haber besado a aquel tipo en el bar.
-¿Ahora te besas con desconocidos?
Su mirada fija en mi me puso la piel de gallina, estaba malditamente cabreado.
-Mira, Nicole, cuando salgamos de aquí vamos a hacer nuestra vida.
Yo ya estoy cansado de los celos, de la toxicidad, y de todo el mundo.
Yo asentí, yo también quería que todo esto acabara de una vez.
Me moría por él, me muero por él pero necesito estabilidad emocional e irme de una maldita vez de esta ciudad.
Quería estar con mis padres, con mis amigos de toda la vida, pero sobre todo quería tener que dejar de verlo.
Pero, las grabaciones seguirían en Madrid y yo tenía que seguir viéndolo.
-Me parece muy bien, pero ahora, tenemos que quitarnos esta mierda.
Él asintió y se puso a rebuscar por los cajones y ahí fue cuando encontró un alambre, cuando se puso a meterlo por el agujero me miró fijamente a la cara y sin pensárselo dos veces me tomó la boca en un posesivo beso y yo me dejé llevar aún con las esposas puestas.
Poco a poco nos fuimos yendo para la cama, allí ambos nos quitamos las partes de abajo como pudimos y mirándome a los ojos me dijo:
-¿Sexo de despedida?
Yo lo miré y vi una emoción oculta que no supe cómo descifrar, sus ojos de chocolate se clavaron en mi, y yo le dije:
-Ni uno más.
-Acepto.
Su mano fue directa a mi cuello y me besó, noté su desesperación besándome y no dudó ni un solo momento en tocar mi tatuaje, ese tatuaje que me hice por él.
-Eres una caprichosa y yo un idiota por querete como te quiero, ¿me oyes?
Y si, lo estaba oyendo pero yo pasé de sus comentarios ya que solo me importaba comerle la boca.
Sus dientes me mordieron el labio superior suavemente y tiró de él, después me metió la lengua dejándome en el sitio totalmente noqueada.
Un momento después ya lo tenía dentro de mi haciéndome suspirar, si algo tenía claro era que él sería el único hombre en que me haría sentir lo que ahora mismo estoy sintiendo.
Sabía que no era el momento de poder estar juntos, lo sabía, pero nos empeñamos a jugar en contra del destino y así nos pasaba, que nos pegaba en la cara.
Cuando sentimos que ya no podíamos más me dejé ir encima de él llevándomelo por delante enterrando su cara en mi cuello.
Cuando los dos nos repusimos y nos vestimos empezamos otra vez con la tarea de tratar de abrir las esposas, Gabriel no tuvo que hacer mucho movimiento para conseguir que accediera aquel pequeño agujero.
Cuando conseguimos liberarnos buscamos la manera de salir de aquella habitación, y lo conseguimos pasando de un balcón a otro.
Cuando entramos en la suite de ese balcón una mujer y un hombre se nos quedaron mirando sorprendidos, y Gabriel les dijo:
-¡Venga, hasta luego! Vamos, Nicole.
Yo no lo quería reconocer, pero me dolía que no me llamara ni Pecas ni Chiqui.
En otras circunstancias me habría reído de la situación de meternos en una suite que no era la nuestra, pero ahora mismo solo quería encerrarme en mi habitación y no saber nada de nadie.
Sin decirnos ni una sola palabra nos dirigimos al gran salón donde todos los de producción y a veces también nosotros, nos tomábamos algo.
Y ahí estaban todos celebrando su gran azaña riéndose y tomándose unas cervezas, entre ellas mi hermana y Marina.
Se callaron en cuanto nos vieron y nosotros cruzándonos de brazos quisimos dejar algo claro, y empecé yo:
-Voy a pasar por alto lo que nos habéis hecho, pero quiero dejaros claro que entre Gabriel y yo no hay absolutamente nada así que por favor, dejad de intentar ayudar en algo que no tiene remedio.
Gabriel asintió, y todos nos miraron con la cara totalmente desencajada.
-Yo repito lo mismo que ha dicho aquí mi compañera, entre nosotros todo se acabó, así que dejadnos en paz con cosas que no tienen remedio.
"Compañera" eso me dolió en el alma, pero así tenía que ser.
Yo me di la vuelta y los dejé allí plantados, necesitaba desaparecer.
Gabriel:
Estaba siendo duro con ella pero yo también tenía mis limites, necesitaba desconectar, así que no me lo pensé dos veces e invité a mi amiga Mariana González a que viniera a pasar el fin de semana conmigo a lo que ella aceptó enseguida.
Al día siguiente, sábado, la fui a recoger en el AVE y me la llevé en coche hasta Sotogrande ya que allí el lunes grabaríamos unas escenas muy importantes para el final de Culpa Nuestra.
Pero no me la podía sacar de la cabeza, tenía a Nicole en la mente veinticuatro siete y no podía olvidarme de ella..
De esa carita llena de pecas, o de esos ojitos azules eléctricos que me hacían suspirar, o de esos labios gorditos besándome.
Uff, tuve que parar el coche un poco mientras que me pasaba las manos por el pelo, necesitaba serenarme.
Mariana me miró dubitativa, no entendía que me pasaba.
-¿Te ocurre algo?
Ella clavó sus ojos oscuros en mi, por un momento pensé que era Nicole quien me hablaba pero esta chica no tenía pegas, no tenía sus labios gorditos como mi chica, y tampoco tenía el pelo medio rubio y castaño.
Me estaba volviendo loco, y si yo no tenía fuerza de voluntad iba a terminar cayendo otra vez.
-No, no me ocurre nada.
Te voy a llevar al hotel para que dejes tus cosas y nos vamos a ir por ahí a pasar el día, esta noche te voy a invitar a cenar en un restaurante ¿te parece bien?
Ella asintió aunque no me dijo nada, y me la llevé al hotel.
Cuando entramos Nicole estaba con su hermana y con todos los demás, y me dolió muchísimo que me mirara con indiferencia.
Yo sabía que la guerra que me daría Nicole se iba a venir fuerte, porque si yo le daba guerra ella me pegaría aún más fuerte y eso me irritó al instante.
House se acercó a nosotros y me dijo:
-Perdona Mariana, ¿nos dejas un momento?
Ella asintió y se fue con el botones en el ascensor para llevársela a la suite, y yo después me fui con House a una parte donde no podíamos ser escuchados.
-¿Que se supone que estás haciendo?
House tenía muy mala cara, sus ojos se achicaron poniendo sus brazos en jarras.
-Vivir mi vida, ¿que no lo ves?
-Te estás comportando como un auténtico gilipollas, ¿y sabes que es lo peor? Que Nicole te la va a devolver con creces, pero yo ya no voy a estar ahí para controlarte.
House se dió la vuelta y se fue, estaba claramente cabreado conmigo pero yo aún seguía con la mía.
Nicole:
Ver a Gabriel llegar con esa chica me puso de los nervios, pero yo tampoco me sentía con ánimos de devolvérsela pero lo haría, ¡vaya que si lo haría!
Cuando nos metimos en la suite Marina, Gabriela y Chloe se miraron entre ellas.
-¿Que te pasa, Chloe?
-¿Te apetece un bingo?
-¡Si! Vámonos todas de bingo.
Esa noche también se nos unió los de producción, y ahí estuvimos echándonos unos bingos.
Para mí mala suerte mi móvil empezó a sonar con una notificación, y ahí fue cuando vi a Gabriel de cena con alguien mientras que ponía caras de lo más coquetas, y obviamente para picarme a mi.
Pero conmigo no iba a poder, así que eché una foto donde salían los cartones del bingo.
A parte de dejar claro que no estaba en el mismo sitio que él, también quería demostrarle que no me preocupaba con quién estaba.
Gabriel:
La verdad el darme cuenta de que ella pasaba de mí me jodió en el alma, pero yo no me entendía para nada.
¿Como es posible que quisiera rehacer mi vida, pero seguía pendiente de lo que pudiera pensar Nicole de mi? Fácil, todavía la quiero y eso me puso de muy mal humor.
-Gabriel, ¿me estás escuchando?
-Eh, si, creo. ¿Que me decías?
Mariana dejó la cucharilla encima del plato y me miró de mala gana, era más que obvio que la molestaba que no la hiciera caso y que estuviese perdido en mis propios pensamientos.
-Te estaba diciendo que que tal el rodaje, pero no me prestas atención así que no entiendo que estoy haciendo yo aquí.
Yo asentí, ella tenía toda la razón pues la hice venir desde Madrid para estar aquí el fin de semana conmigo, y yo pasando de ella.
-Perdón, tienes toda la razón. ¿Quieres dar una vuelta antes de irnos del hotel?
Ella asintió esta vez más entusiasmada, así que pagué la cuenta y me la llevé a pasear por ahí.
Pero yo seguía con la cabeza en otro lado, Nicole.
Nicole:
Cuando llegamos al hotel lo vi entrar con esa chica, ¡Ay, monina! Si supieras que te están usando, este juego peligroso te va a costar caro Gabriel, y de eso me voy a encargar yo.

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