•23장

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En cuanto el me vió sus ojos se agrandaron. Sin dudarlo corrió hacia mi y me abrazó.

— Lo siento Tn... — Dijo en llanto.

— Basta, Jimin, todos nós están mirando.— Lo separé de mi. — ¿Que te ocurre? ¿Por qué le hiciste eso a Jungkook?

— Nose, Tn, enserio... ¡Nose porque lo hice! — Lloriqueó, se acercó ami y escondió su cara en mi hombro.

— Jimin, ¿Puedes parar? — Dije entre dientes. — Calmate, en casa hablaremos, ¿Ok?

— ¿Me dejarás solo? — Preguntó, está vez, mirándome. Parecía un niño pequeño.

— Llamaré a Taehyung. — Cogí mi teléfono para llamarlo.

Th: Holaa, ¿Como estás? — Taehyung se escuchaba alegre.

Tn: Hola, Tae. Oye... ¿Podrías venir al hospital por Jimin y llevarlo a su departamento?

Th: ¿Por qué? ¿Que paso?

Tn: Luego te explico... ¿Puedes cuidarlo o no?

Th: Tranquila, voy para allá.

Tn: Gracias, Tae, luego te paso el dinero.

Th: No, no hace fal… — Colgué antes de que lo dijera, ahora no tenía tiempo para discutir sobre eso.

— Quédate en la sala de espera, Taehyung vendrá por ti. — Dije seria.

— ¿No... No estas enojada? — No le respondí y seguí mi camino.

Era obvio que si pero ahora necesitaba pensar bien las cosas y analizar la situación, tristemente, mientras trabajo.

(…)

Finalmente llegó mi hora de salir. Ya eran las 12. Estaba lista para irme cuando recordé que le prometí a Jungkook quedarme con él esta noche.

Los médicos le habían dicho que mañana se podría ir pero que está noche debería quedarse aquí debido a que se desmayó.

Caminé hasta su sala y entré sin más.

El veía su celular.

— Hola... — Dije suavemente.

— Hola, hermosa. — Me sonrió.

— ¿Descansaste bien?

— Tan bien que ahora no tengo sueño. — Rió.

— Ay... Kook.

— Oye... ¿viste a Jimin?

— Si, está muy triste y arrepentido por lo que pasó, ¿Vino a verte?

— No... solo me viniste a ver tú y Nana.

— Me gustaría haber coincidido con ella. Hace mucho no la veo, la hecho de menos. — Me senté en una silla.

— Y ella ati, te estuvo buscando por el hospital pero no te encontró.

— Ha hablaré con ella, ¿Tu cómo estás?

— Estoy mejor, casi no me duele la nariz, solo tengo un moretón en mi abdomen.

— ¿Puedo ver? — Asintió.

— No, si vieras tendría que quitarme la bata. — Rió.

— Ah si verdad, no, no quiero ver eso.

— ¡Oyeee! Me ofendes. — Se hizo el ofendido.

— ¿que? — Reí. — Es broma.

— ¿Entonces quieres ver?

Solo nosotros dos ||Jk+Tn||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora