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«No puedo creer que le haya hecho esto»

Changbin permanecía en cuclillas entre un Cadillac y un Jaguar, desde donde oía alejarse las pisadas de Felix. Se sacó el arma que llevaba en la cintura y comprobó que el seguro estaba en su sitio.

«¿Estás seguro de que estás haciendo lo correcto?»

Mierda, no, no lo estaba, pero ¿qué iba a hacer? ¿Permitir que el tipo lo siguiera hasta su propia casa? Si Jung Yoon Oh quería encontrario, lo haria. Esto no era más que una forma de retrasarlo.

Se agachó para echar un vistazo debajo de los vehículos. Habría unos mil; dos mil; tres mil; cuatro... Oyo el ruido del ascensor. Bien. Eso significaba que Felix ya había salido de allí.

De repente descubrió a lo lejos las piernas de la persona que había estado siguiéndolos. El tipo se movía con rapidez y resultaba evidente que trataba de ver a qué piso subía el ascensor.

Changbin se puso en tensión y se obligó a esperar hasta que su perseguidor estuvo a medio paso de distancia del lugar en el que permanecía escondido. Entonces saltó hacia delante y se lanzó sobre él por la espalda. El desconocido, alertado por algo en el último momento, se volvió justo cuando Changbin caia sobre él.

El policía le golpeó la nuca con la culata de la pistola y lo derribó en silencio. Lo agarró a tiempo para impedir que se golpeara contra el suelo y luego recostó el cuerpo inconsciente sobre el cemento. Después volvió a guardarse el arma y se arrodilló para tomarle el pulso: todo en orden, el corazón le latía con fuerza y regularidad. Tampoco había sangre.

Contento de que el hombre sólo hubiera perdido el sentido, echó un vistazo con rapidez. El garaje continuaba vacío. Cambió de posición y se colocó detrás de la cabeza del tipo. Se inclinó, le pasó los brazos por debajo de las axilas y lo incorporó. El sonido metálico de un coche en la entrada anunció la llegada de algún inquilino. Tenía que actuar con rapidez.

Arrastró el cuerpo entre dos coches, se agachó y esperó a que el vehículo que entraba un todoterreno -pasara de largo el lugar en que se agazapaba y continuara hacia algún piso superior. Una vez recuperado el silencio, Changbin cacheó al hombre. Le quitó un arma y se la metió en el bolsillo de la chaqueta; tras localizar la billetera, comprobó el documento de identidad y volvió a depositarlo en su sitio.

Espabilate - se dijo - o Felix llamará a la policía y tendrás problemas.

Se aparto del tipo, se irguio y se dirigió hacia los ascensores. Al llegar decidió subir por las escaleras a toda prisa. Entró en el portal justo en el momento en que el conserje le preguntaba a Felix:

-¿Y a qué inquilino viene a ver usted?

-Perdona que llegue tarde, bebé - interrumpió Changbin. La mirada de alivio que vio en la cara de Felix le hizo sentir culpable. Entonces miró al portero - Éste es el edificio Roanoke, ¿verdad?

-No-corrigió el hombre de mediana edad están ustedes en el Thackeray Faire. El Roanoke está al final de la calle - y señaló hacia el norte.

- Vaya, sentimos mucho haberlo molestado. Vamos, carifio. Changbin tomó a Felix del brazo y lo llevó hasta la puerta. El chico se dejó guiar.

Una vez en la calle, él se cercioro de que no hubiera nadie sospechoso por ningún lado y empujó a Felix en dirección norte con delicadeza.

- Mi piso está justo enfrente, al otro lado de la calle.

Changbin lo cogió de la mano antes de que él pudiera reaccionar.

-Ya lo sé, bebé, pero el vigilante está mirándonos y no quiero que vea dónde vives.

voyeur 彡 changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora