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Changbin volvió a la galeria principal del Museo de Arte por segunda vez en diez minutos, había seguido a Felix hasta el restaurante a la hora de comer y había ocupado una mesa retirada en uno de los lados del restaurante desde donde no podía ser visto.

Ya había visto a Felix con esos dos mismos amigos durante las tres semanas en que había estado siguiéndolo. Siempre se habían mostrado divertidos y bromistas entre ellos, era obvio que se encontraban a gusto cuando estaban juntos. Esta vez, sin embargo, Lee parecía callado y pensativo, Changbin se preguntó si sería porque se estaba planteando contarles a sus amigos lo de la noche anterior. En cualquier caso, aunque hubiera barajado la posibilidad de hacerlo, él no creía que lo hubiera hecho. No había reconocido ninguna expresión de sorpresa, ni de susurros nerviosos. La conversación no había dado la sensación de ir más allá de una charla banal.

Mientras Jeongin atraía todas las miradas de la sala, era el rostro de Felix el que captaba la atención de Changbin. No era la primera vez que su visión lo hacía pensar en una estatua de algún ángel: aquella tez perfecta y blanquecina, aquella cara, sus mejillas pomposas y adorables, aquellos ojos inmensos conformaban la viva imagen de la inocencia.

«Puede que sea eso. Puede que sea precisamente conocer ese lado oscuro que se oculta bajo toda esa candidez lo que me enloquece así»

Fuera lo que fuera, Changbin no podía dejar de mirarlo mientras Felix almorzaba, y revivir las conversaciones telefónicas en su mente hizo que se empalmara. La comida había durado casi una hora. Después, Seo había seguido a Lee mientras éste hacía algunos recados. Eran más de las tres cuando el chico por fin se dirigió al aparcamiento subterráneo del Museo de Arte de la ciudad.

Como Changbin sabía bien a donde se dirigía él, se había detenido en los lavabos de caballeros antes de acercarse a la sala principal a paso lento. La primera vez que había echado un vistazo había encontrado aquello lleno de gente mayor que sin duda formaba parte de algún grupo que disfrutaba de una visita guiada, así que, después de comprobar que Felix no estaba allí, se había dado otra vuelta por el museo.

Sin embargo, esta vez los ancianos amantes del arte habían avanzado y Felix se encontraba observando un óleo de Rubens. Changbin se quedó en el arco de entrada con ganas de mirarlo más de cerca, así que enseguida dios dos pasos hacia donde él se encontraba.

Cuando Lee se volvió hacia la derecha para contemplar la obra siguiente, Seo rápidamente fingió estar estudiando el folleto que había recogido en la entrada mientras él se movía por la sala hasta pararse frente al lienzo más grande de la exposición.

Era el preferido de Changbin: el de Betsabé, cuya figura dominaba el centro del cuadro. Aparecía desnuda con la piel rosada y brillante. Había dos doncellas arrodilladas ante ella: una portaba un aguamanil con agua y la otra le ofrecía una toalla. En segundo plano, estaba representado el rey David, que observaba desde el tejado de su casa. Rubens había plasmado a Bestsabé con detallismo. La mujer llevaba el pelo recogido con una horquilla que dejaba escapar unos mechones que le caían sobre los hombros. Una hilera de gotas le rodeaba la cabeza a modo de tiara de perlas.

A Changbin se le secó la boca mientras su mirada se trasladaba por todo el cuerpo de Felix.

La ironía del rey David al observar desde el tejado aquel cuerpo femenino desnudo no pasó desapercibida para Changbin: le recordaba la primera vez que había visto a Felix desde el otro lado de la calle. Desde entonces, todas sus actuaciones parecían ser de alguna manera fruto del destino. Seo se preguntó si David habría sentido el mismo impulso que lo invadía a él en aquel momento.

«Claro que sí, no pudo ser de otro modo. Había sido entonces cuando había tramado acabar con la vida del esposo de Betsabé, ¿no?»

Felix, a quien se le habían sonrosado los pómulos, permanecía embelesado. Changbin se preguntaba si el también estaría pensando sobre cómo moraba David a Betsabé. Lee se aproximó al cuadro y Seo vió a un vigilante del museo acercarse a él

voyeur 彡 changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora