-Pero, ¿qué ha...? - Changbin se quedó mirándolo boquiabierto. Él le dedicó una sonrisa.
- Sólo estoy devolviéndote el favor. Te debo un orgasmo.
Entonces Felix enrolló la toalla de felpa a modo de cojín y se la colocó bajo las rodillas.
Libre de su envoltorio, había quedado totalmente desnudo y a los pies de Changbin.
- ¡Dios, bebé... - dijo el con la respiración marcada mientras se inclinaba hacia el.
Felix lo detuvo con un gesto.
- No. Ahora me toca a mi hacerte disfrutar - dijo, y empezó a acariciarle el bulto que se había formado en sus pantalones y que de inmediato empezó a crecer. La mirada perpleja de Changbin le hizo reír.
-Te gusta, ¿eh? - bromeó antes de bajarle la cremallera de los pantalones.
El pene apareció como una roca, dispuesto en el agresivo ángulo agudo que formaba con su cuerpo y brillante como una pieza de mármol de Carrara a la tenue luz que iluminaba el balcón. Blanquecina, recubierta de venas de tono más oscuro que la recorrían desde la base hasta la punta, la polla parecía enorme. La erección parecía desnudo. Felix descubrió una gota de líquido seminal a punto de caer de la punta en forma de seta, y la recogió con la lengua. Sabía salada y ofrecía una textura viscosa.
-¡Joder... - dejó escapar Changbin.
Felix rió y se inclino hacia delante. Abrió la boca y se introdujo la punta del pene en la boca. Lamió la raja hasta que vio brotar una nueva gotita, lubricó la cabeza del miembro con la lengua antes de sacársela de la boca y chupó de nuevo la abertura, aunque esta vez por la parte inferior. Changbin temblaba y se balanceaba sobre Felix, qué, al acordarse del placer que él le había proporcionado media hora antes, se sentía encantado de poder corresponderle.
Aunque ya les había hecho mamadas a otros chicos antes, nunca lo había disfrutado. Pero en esta ocasión parecía diferente. Le resultaba tan excitante y tan generoso en la cama que le apetecía ofrecerle lo mismo. Alternó los lametazos con los movimientos de succión y se concentró en la cabeza hinchada del pene.
Changbin lo agarró del cabello con las dos manos para tirar de él hacia sí y clavarsela más. Lee se resistió y alejó la cara para extraerse el miembro.
- Todavía no, encanto. Aún no estás listo.
Convencido de que iba a regalarle la mejor mamada de su vida, Felix le levantó la polla y la lamió por debajo desde la punta hasta la base. A Seo se le tensó el cuerpo hasta tal punto que se pudo notar la contracción de los músculos.
- Bebé, me estás matando - murmuro él.
Encantado de pillarlo desprevenido por una vez, continuó aplicándole aquel dulce tormento. El miembro permanecía erecto y en dirección hacia el cielo, de modo que Lee tenía acceso a los testículos. Inclinó la cabeza y se acercó para empujar suavemente con la nariz los sacos mientras aspiraba su aroma almizclado y ligeramente amargo. Se introdujo una de las bolas en la boca y jugueteó con ella antes de atraparla con los dientes.
- Ten cuidado... - la voz de aquel policia sonó ronca.
Felix separó los labios y movió la lengua alrededor del testículo para aliviarlo. Luego, mientras le rascaba delicadamente el interior de los muslos con la mano izquierda, trató de registrar todos aquellos datos en la memoria: la sensación era de extrañeza. al tacto resultaba áspero y blando, el sabor era inconfundible.
La respiración de Changbin iba aumentando y era entrecortada.
- Mámamela, por favor - rogó.
Felix le liberó el testículo y elevó la cabeza en busca del pene que tan desesperadamente lo reclamaba. Sonrió y agarró el miembro que asomaba protuberante. Había llegado el momento de poner fin a los juegos.
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voyeur 彡 changlix
RomansaEl timido asistente social Lee Felix sólo tenía un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus momentos más desinhibidos. Noche tras noche, detrás de cada ventana, en cada dormitorio anónimo, Felix encontraba material para sus fantasías m...