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Cuando se recuperó, Felix se descubrió acurrucado contra el respaldo del sofá y sumergido bajo el cuerpo de Changbin. La habitación estaba impregnada de olor a sexo. Estaba sin aliento y no sabía si se debía a la intensidad del climax o al peso de su compañero, que estaba aplastándolo, así que empujó un poco hacia arriba y Seo se levantó de inmediato.

- ¿Estás bien? - le preguntó.

-Creo que sí - una serie de temblores le recorrieron el cuerpo - Ayúdame a levantarme.

Él lo tomó por los brazos y lo atrajo hacia sí.

- Tengo que ir al baño-se excusó sin mirarlo. - Espera - le pidió mientras lo retenia cogiéndolo de la mano.

Felix logró escabullirse y, una vez en el lavabo, cerró la puerta y se sentó en el inodoro. Se saco rápidamente el resto de la ropa. ¿Qué acababa de hacer? ¡Acababa de acostarse con un desconocido! ¡Mierda! Un toc toc en la puerta interrumpió sus pensamientos.

-¿Estás bien?

- Si, sí... estoy bien. Ahora... ahora salgo - y tiró de la cadena para que su promesa pareciera verosimil.

De repente se abrió la puerta del baño y Changbin se plantó delante de él.

- ¿Qué haces? - grito Felix al tiempo que se esforzaba por cubrirse. - ¡Sal de aquí!

- De eso nada - respondió él.

Dio un par de pasos más, va dentro del alargado cuarto de baño, con el pene aún fuera de los pantalones. Sin hacer caso a Felix, se dirigió al lavabo, cogió una toalla y la humedeció en el grifo para lavarse el miembro.

- ¡Vete! - le repitió Lee, con la mirada fija en el albornoz que había colgado de la puerta.

Tendría que pasar al lado de Changbin si quería ponerselo. Él levantó la vista y se quedó mirándolo en el espejo.

-No pienso irme de aquí. No vamos a repetir lo de la primera vez.

-Pero ¿qué dices?

- ¡Qué mala memoria tienes, bebé! ¿Te acuerdas de la noche en que tuvimos sexo por teléfono? Pues aquello no va a repetirse - alargó el brazo para alcanzar el albornoz-Toma, pontelo.

Aliviado, se puso de pie y le dio la espalda mientras se cubría con la prenda y se anudaba el cinturón con energia.

Changbin se secó con otra toalla.

-¿Ya estás contento?

- Gracias - respondió Felix con sequedad.

-¿De quién es esa voz que oyes?-le preguntó sin mirarlo, concentrado en volver a meterse el pene en los pantalones.

-¿Qué? - contestó Felix sin comprender a que se referia.

-Si, cuando todo empieza a darte vergüenza. ¿De quién es la voz que te habla?

- De nadie... se interrumpió un segundo para repensarlo y reconoció - la de mi madre.

- ¿Es ella la que hace que te averguences de ti mismo?

Felix ni siquiera trató de fingir que no sabia de qué hablaba. -Sí, se queja todo el tiempo de como soy, no le agrada mi aspecto físico en ningún sentido, yo también se que soy feo. Tiene razón.

Changbin dejó la toalla en la encimera y se acercó a él, que reaccionó mirándose los pies, avergonzado. Él le colocó un dedo bajo la barbilla y le levantó la cara.

- Tu madre no tiene ni idea de lo que dice. Tienes un cuerpo precioso, con unas curvas de lujuria maravillosas. Podría pasarme semanas explorando tu preciosa piel y me encanta cómo reaccionas cuando te toco.

voyeur 彡 changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora