Changbin permaneció en la esquina situada junto a la panadería y volvió a llamar a Felix por teléfono, aunque sin éxito. El conserje lo había visto salir del portal hacia las cinco y cincuenta, pero aún no había regresado.
Por su parte, la dependienta de la panadería reconoció a Felix por la descripción de Seo. Le explicó que había estado allí comprando una docena de donuts y que se habría marchado hacía aproximadamente un cuarto de hora.
«¿Estaría en el ático de Jung Yoon Oh? Si lo hubiera secuestrado, ¿sería tan estúpido como para llevárselo a su propia casa? No, no era ningún estúpido, aunque sí lo suficientemente arrogante para hacer algo así.» Acortó la distancia cruzando por la avenida en dirección al edificio de Jung.
El conserje leía el periódico de la mañana, sentado en un taburete alto tras la mesa de la recepción. Changbin le mostró la placa policial.
- ¿Está Jung Yoon Oh en casa?
El hombre- en cuya insignia se leía Young - echó una ojeada a la identificación, dobló el periódico y cogió su carpeta. Seo giró sobre sus talones mientras el viejo se concentraba en leer las hojas de entrada y salida.
- Aqui dice que el señor Jung se marchó anoche a las nueve y cuarenta y que no volverá hasta mañana.
- Ya sé que salió anoche, pero ¿lo ha visto usted desde entonces?
- No - respondió el conserje con la cabeza - pero podría haber entrado por el garaje y haber subido directamente. Los residentes tienen una llave del ascensor que les permite saltarse la recepción. Las visitas, en cambio, han de pasar antes por aquí.
- Vamos - indicó Seo mientras apuntaba a los ascensores - hay que registrar su apartamento.
- Yo no sé nada de eso - Young se humedeció los labios con nerviosismo - ¿no necesita usted una orden?
-No si creo que alguien puede estar en peligro. Venga - Changbin pensó que por su aspecto y su forma de hablar debía de parecer un loco, pero no le importaba.
Mientras subían al piso, se acordó del equipo de vigilancia por primera vez. Lo habrían visto entrar en el edificio de Jung. «Mierda, ¿qué es lo que me pasa? Mierda. Bueno, si Felix no está en casa de ese mañoso, yo mismo llamaré al teniente. Si quiere despedirme, que lo haga. Pero tengo que encontrar a Felix.»
En cuanto se detuvo el ascensor, Changbin apremió al conserje para que fuera hasta la puerta de Jung.
- Adelante. Ábrala.
Young se sacó el llavero del bolsillo, escogió una llave y se quedó parado, claramente indeciso. - A lo mejor debería llamar a mi jefe.
Seo le arrebató la llave de las manos y la introdujo en la cerradura.
- ¡Oiga! - protestó el conserje - Usted no puede...
Changbin se sacó la pistola de la funda y Young salió corriendo hacia el ascensor. Después de respirar profundamente y con la automática preparada, abrió la puerta de par en par. La casa estaba vacia. Registró con rapidez el apartamento. Allí no había nadie.
-¡Mierda! - maldijo mientras echaba un vistazo al dormitorio principal.
Había llegado el momento de informar al teniente y a la capitana Wang de la desaparición de Felix. Se sacó el móvil de la chaqueta y empezó a hacer las llamadas oportunas.
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La limusina negra circulaba ahora por la 145. Felix logró mirar el reloj. Llevaban más de una hora de viaje. Jung había mencionado una cabaña de pescar, pero ¿dónde estaría?

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voyeur 彡 changlix
RomantizmEl timido asistente social Lee Felix sólo tenía un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus momentos más desinhibidos. Noche tras noche, detrás de cada ventana, en cada dormitorio anónimo, Felix encontraba material para sus fantasías m...