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Con tanta actividad, el tiempo pasó volando en las horas que siguieron. Changbin y Felix fueron hasta la Central de Policía, Lámar. Por el camino, él le aconsejó:

- Cuéntales la verdad, pero no digas nada sobre tu afición a espiar a los vecinos.

Una vez allí, lo condujo a la unidad de seguridad ciudadana para que presentara una denuncia y se quedó a su lado mientras relataba lo sucedido. Lee siguió su consejo y contó todo a los hombres que lo interrogaban, excepto lo relacionado con sus actividades nocturnas.

Los agentes le enseñaron unas fotos extraídas de los archivos electrónicos policiales vinculados a Jung Yoon Oh y a sus colaboradores conocidos, pero ninguno de los rostros correspondía al que tenía pinta de ex marine ni a su acompañante. Luego se entrevisto con un caricaturista a quien describió a los dos matones.

Pasadas las nueve de la noche, Lee y Seo  se reunieron por fin con un ayudante de la fiscalía del distrito y con la persona encargada de la unidad de seguridad ciudadana. Las noticias que traían no eran buenas.

-Joven Lee, ¿está usted seguro de que los dos hombres no mencionaron en ningún momento el nombre de Jung Yoon Oh?- preguntó la capitana de la unidad, apellidada Wang.

-No - dijo Felix moviendo la cabeza - pero no fue necesario. Yo sabía de sobra quién los había enviado.

El ayudante de la fiscalía, Choi Young Jae, un chico lindo, gesticuló extrañado.

-Me temo que eso no va a ser suficiente. No tenemos nada que vincule directamente al señor Jung con la agresión.

-¿Qué está usted diciendo? - preguntó Changbin - El hombre lo amenazó ayer y hoy le ha enviado a sus dos matones.

- Eso será según usted - replicó Choi, quien, consciente de la agresividad en la voz de Seo, continuó - y estoy convencido de que tiene razón. El problema es que no tenemos motivos suficientes que justifiquen su detención.

- Sí, pero seguro que sí hay los bastantes como para invitarle a responder a unas cuantas preguntas - insistió Seo, que miraba a la capitana en busca de apoyo.

- Eso si podemos hacerlo, ¿no? - Wang miró al ayudante de la fiscalía.

- Por supuesto. Sólo quiero que tengan en cuenta que Jung no es ningún idiota. Llamará a su abogado, y éste aparecerá aquí en menos de una hora - advirtió Choi mientras reclinaba la silla hasta dejarla apoyada contra la pared.

- Telefoneare al teniente Lee Dong-wook para pedirle las grabaciones de Jung Yoon Oh que ha conseguido tu equipo, Changbin - propuso Wang antes de que el policía pudiera intervenir - A lo mejor Felix reconoce a los matones en las imágenes.

Lee reaccionó de inmediato.

- Muchas gracias, capitana, y a usted también, señor Choi. Les agradezco mucho el tiempo que le están dedicando a este asunto.

- Pareces agotado - sonrió Wang - Ve a tomar algo con tu novio. Nos pondremos en contacto con ustedes en cuanto hayamos hablado con Jung Yoon Oh.

El camino hasta casa fue muy tranquilo. Changbin, que estaba al volante, parecía estar absorto en sus pensamientos. Felix se debatía entre la curiosidad por saber qué estaría pensando y el miedo de que Changbin estuviera enfadado con él. En cuanto cruzaron el río y dejaron atrás la casa de Yang, preguntó:

-¿A dónde vamos?

Claramente sorprendido al oír su voz, Seo volvió a la realidad y miró a su alrededor.

- Pues no lo sé. Supongo que iba con el piloto automático puesto - explicó, y miró la hora - Es bastante tarde, ¿dónde quieres que cenemos?

-¿Y si vamos a tomar un café?

voyeur 彡 changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora