Capítulo 31

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Narrador pov.

Trataban de mantener con vida a Bella, sin embargo a cada minuto algo se complicaba, él hombre lobo escucho el suave sonido del bisturí a través del estomago de la castaña.

Más sangre se derramaba en el suelo, Hunter se sentía como en un mal sueño. Se suponía que Carlisle estaría ahí y sin embargo nada estaba pasando como lo planeado.

El siguiente sonido lo desconcertó completamente, era como un metal siendo hecho trizas. El sonido le trajo recuerdos de la batalla hace ya tantos años, el sonido de los neófitos y el mismo sonido de los vampiros que había cazado, mientras eran desmembrados.

Hunter seguía dandole respiración de boca a boca a Bella, con tal de tenerla con vida.

De reojo observo como la cara de Edward estaba presionada contra el bulto. Dientes de vampiro, la única forma de cortar a través de la piel de vampiro.

Era la única solución para no perder a la castaña.

Bella tosió de regreso, por supuesto ella luchaba por su vida aún con todo el dolor y sufrimiento físico que estaba pasando.

-¡Te tienes que quedar con nosotros, Bella!.-exclamó Hunter siguiendo con el CPR.

De repente, su cuerpo se heló debajo de sus manos, la respiración de Bella se hizo mas rápida y su corazón seguía golpeando.

«¡No puedes dejarnos! ¡Somos un trio! ¡¿recuerdas?!»

Por un momento quiso gritar aquello pero se contuvo, Hunter se dio cuenta de que su quietud se debía a que todo había terminado. La tortura interna había terminado. Él bebe debía de estar fuera de ella.

Lo estaba.

Alzó la vista con tal de ver al nuevo integrante de la familia.

-Renesmee.-Susurró Edward.

Y Hunter sintió aquella misma emoción como cuando nacieron los mellizos. Bella había estado equivocada. No era el niño que se había imaginado desde un principio.

-Déjame… Dámela.-Susurró Bella, por supuesto no se negarían ante esa petición, Hunter no supo en que momento empezó a moverse para cargar el bebé y pasarle a Bella.

Era una perfecta niña, lo primero que vio Hunter al cargarla, fue su cabello, aunque empapado en sangre, él podía ver el color de sus rizos, era justo
como el color cobrizo de Edward. Luego sus ojos, jadeo cuando miró el color, eran del exacto color que los de
su madre, un hermoso café chocolate. No sabía si lo estaba imaginando pero Renesmee lo miraba con curiosidad, su piel era blanca y su temperatura era más alta que la de un humano normal era casi como la de Hunter.

Su expresión no parecía la de un
recién nacido, su respiración agitada,
y su corazón latía frenético. Eso si que era una sorpresa pensó que tal vez el bebé seria casi como un vampiro completamente.

Un torbellino de emociones sintió Hunter por un momento sonrió levemente y miro a Edward, quien le devolvió la sonrisa, y después le paso él bebé con cuidado a la castaña. Entonces Renesmee estuvo en sus brazos.

El hombre lobo no podía apartar la vista de la cara de Bella. Gimió extrañamente, un sonido débil pero también notó como había una expresión llena de amor.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓 | 𝑬.𝑪  𝑩.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora