Capítulo 5

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Narrador pov.

-¿Adonde la llevo?.-preguntó Hunter.
Edward sacó un mapa de un bolsillo lateral de la mochila y se lo dio. Hunter lo desplegó.

-Estamos aquí.-informó Edward estirando el brazo para señalar el lugar exacto.-Y tú la llevarás hasta aquí.-prosiguió Edward, trazando un camino sinuoso que seguía las líneas de relieve del mapa.

-Será fácil.-Comentó Hunter sonriendo emocionado.

-Apenas son quince kilómetros. Cuando estés más o menos a un kilómetro y medio, su sendero se cruzará con el mío. Sigúelo hasta el punto de destino. ¿Necesitas el mapa?.-Sin darse cuenta Edward tenia su mano junto a la de Hunter, el ojiazul sonrió levemente.

-No, gracias. Conozco la zona como la palma de mi mano. Creo que sé adonde voy.-Contestó Hunter recordando la veces que Sam no quería su presencia en la reserva, para evitar problemas él ojiazul se dedicaba a explorar la zona.

-Yo tomaré la ruta más larga. Los veré en unas horas.-Edward les sonrió a ambos.

-Hasta luego.-murmuró Bella y Hunter solo se despidió moviendo su mano.
Edward desapareció entre los árboles, en dirección contraria.

-Bien hora de cargarte.-Hunter se agachó y pasó el brazo por detrás de las rodillas de la castaña. Las piernas de Bella se elevaron en el aire, pero antes de que su cabeza se estampara contra el suelo Hunter la agarró con el otro brazo. Y arrancó a correr entre los árboles.

El llevaba un ritmo constante, un
trote que podría haber mantenido cualquier humano en forma, siempre que fuera por terreno llano y sin una carga extra de cincuenta kilos.

-No hace falta que corras. Te vas a cansar.-Hunter negó con la cabeza y le dirigió una sonrisa a la castaña por su preocupación.

-Correr no me cansa.-Hunter respiraba con el ritmo regular de un corredor de maratón.-Además, pronto hará más frío. Espero que Edward termine de instalar el campamento antes de que lleguemos.

-¿Te gusta estar en Forks?.-inquirió Bella.

-Si, es agradable en cierta forma aunque solo vengo de visita.-Respondió el ojiazul.-solo que ahora a cambiado una cosa.

-La imprimación.-mencionó Bella, Hunter asintió.

-Al principio no entendí como funcionaba, hasta que fue mi turno.-Hunter rió entre dientes mientras Bella lo veía con cierta curiosidad.

-a ti no te molesto que tu imprimación fuera en mi y en un vampiro.-Él ojiazul se encogió de hombros.

-No le tome importancia porque nada cambiaria.-Repuso Hunter.-Me pregunto como Alice planeara una boda de tres apuesto a que tus padres les dará un infarto.-comentó Hunter.

Bella rió entre dientes.

-Por eso en él futuro nos escapáremos de sus locas ideas.-ambos rieron al imaginarse la reacción de Alice.

En ese momento, el viento sacudió con fuerza los árboles, tan gélido como si bajara soplando de un glaciar.
Los fuertes crujidos de la madera resonaron en el monte. Aunque
la luz se debilitaba a medida que aquella tenebrosa nube cubría el cielo, Hunter apretó el paso y concentró toda su atención en el suelo mientras corría a toda velocidad.

Bella se acurruco contra su pecho para protegerse de aquella molesta nevada. Minutos después, Hunter llegó y vió la pequeña tienda montada contra la pared de roca, al abrigo de la tempestad.

-¡Bella!.-gritó Edward con alivio. Le sorprendimos dando paseos nerviosos por aquel reducido claro. Apareció a  lado de ellos como un rayo.-Se nota que eres demasiado rápido Hunter. El ojiazul dejó en el suelo a Bella.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓 | 𝑬.𝑪  𝑩.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora