Capítulo 7

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Narrador pov.

-Me tengo que ir, la pelea empezara pronto.-aviso Hunter, Bella frunció el ceño no quería que Hunter estuviera en peligro.-Tranquila estaré bien.-el ojiazul le guiño un ojo.

-No.-repuso Bella tomando la mano de Hunter.

-No tardaré mucho.-prometió el ojiazul, Edward apareció detrás de él con una sonrisa.

-Apuesto a que te divertirás.-comentó el cobrizo entrelazando su mano con el de Bella. Hunter rió entre dientes.

-Si, pero antes de irme necesito hacer algo.-Bella lo miro confundida, Hunter emocionado, levantó su mano cuidadosamente y acarició los labios de la castaña, delineándolos con los dedos, comprobando satisfecho lo suaves que eran, pero eso no le bastó.

Él ojiazul inclinó su cabeza uniendo sus labios con los de Bella. Y la besó, como deseaba hacerlo incluso antes de ser consciente de sus impulsos. Hunter sujeto el rostro de Bella, haciendo que ella se le acercara más soltando un suspiro.

Poco a poco, el beso fue subiendo de
intensidad, pasando de un simple
y tímido roce a una desesperada
iniciativa proveniente de ambos,
haciéndolos buscarse uno a otro
como si se les fuese la vida en ello.

Hunter podía sentir su aroma embriagandolo, sus pequeñas manos aferrándose a la tela de sus brazos, pidiéndole silenciosamente no apartarse y así lo hicieron, al menos hasta que no tuvieron otro remedio que separase a tomar aire. Hunter juntó su frente con la de Bella.

-Debo admitir que no me lo esperaba.-murmuró Bella con una sonrisa, Hunter volteo a ver a Edward y después compartió una mirada con la castaña, ella solo asintió animándolo para lo que estaba a punto de hacer.

Él hombre lobo se acercó hasta él cobrizo.

-¿Puedo besarte?.-inquirió Hunter haciendo que la boca de Edward se abriera sorprendido.

-Sabes que si.-Respondió el vampiro algo nervioso. Hunter se sentía valiente y decidido por lo que él se acercó hasta Edward inclinandose a besarlo, sintió que su estómago daba un vuelco, que sus palmas sudaban al ponerse a ambos lados de los hombros del vampiro y él rodeaba sus brazos con sus manos frías, invitándolo a seguir. Podían sentir el aliento del otro en sus labios y sucedió.

Sus labios se encontraron hasta convertirse en un beso apasionado, al separarse sus narices continuaron rozándose, sus frentes unidas y ambos sonriendo.

-Necesito irme antes de que Leah termine regañandome por haberla hecho esperar.-Edward asintió.

Pronto iniciaría la pelea con los neófitos, Hunter le dirigió una última mirada a sus dos improntas y corrió n dirección a donde estaba Leah.

-Vamos a llegar solo a ver los cuerpos destruidos.-dijo Lea cruzándose de brazo, Hunter rió.

-Estaba haciendo algo importante.-se defendió el ojiazul, Leah se transformo mientras que Hunter iría en su forma humana.

Al llegar todos se estaban poniendo en sus posiciones, pudo sentir la mirada de odio de cierto lobo y la verdad es que no le importó algún día Jacob lo tenía que entender. Hunter se reclinó en un árbol recibiendo una mirada molesta por parte de Sam.

-¿Tan confiado en tus habilidades?.-pregunto Jasper, Hunter se encogió de hombros.

-Tengo más experiencia que Sam.-contestó el ojiazul, cuando ambos se dieron cuenta que los neófitos habían llegado al claro.

Hunter podía destruirlos fácilmente sin necesidad de transformarse algo que sorprendió a muchos, sin embargo eran varios vampiros recién convertidos pero sin mucha experiencia. Se dió cuenta que los neófitos estaban buscando a Bella, estaba uno a punto de escaparse cuando Hunter lo agarró de los brazos y se los arranco con facilidad para después destruir la cabeza del neófito.

Uno de los neófitos había descubierto el olor de Edward y Bella. Leah lo
tumbó antes de que ni siquiera pudiera volverse. Hunter le ayudo a deshacerse de él.

Mientras que Paul y Jacob habían agarrado a otro, pero los demás neófitos se habían puesto a la defensiva protegiéndose unos a otros.

De un momento a otro Hunter se transformo en su forma lobuna para acabar más rápido con los neófitos. Tan concentrado estaba con los neófitos estaba hasta que no notó a Victoria dirigirse hacía el claro.

Por otro lado Bella se hacía muchas preguntas al ver a Edward tenso.

-¡Corre, Seth!.-Edward susurró imperiosamente.

El gran lobo aceleró y desapareció entre las sombras del bosque. Bella se sintió aterrorizada hasta el punto de las náuseas por la certeza de que algo horrible había ocurrido al claro sobre todo su preocupación se dirigía hacía Hunter.

Bella estuvo a punto de decir algo pero antes de que pudiera decir ni una sílaba, sintió como si le hubiesen sacado el aire del cuerpo de un solo golpe. Como las manos de Edward nunca la habían soltado, simplemente quería decir que se estaban moviendo, tan rápido que la sensación era como de caerse de lado.

Edward se puso delante de Bella, en una postura que la castaña ya conocía muy bien.

Por una parte Bella sintió alivio, no había sucedido nada malo en el claro y después sintió horror: la crisis estaba teniendo lugar ahí. Edward adoptó una posición defensiva, medio agachado, con los brazos adelantados ligeramente.

-¿Quién es?.-murmuró Bella.

-Victoria.-contestó el cobrizo, escupiendo la palabra como si fuera una maldición.

Bella observó a los dos vampiros deslizarse con lentitud dentro de la pequeña abertura del campamento, con los ojos atentos, sin perder nada de vista. Brillaban como diamantes
bajo el sol. La castaña apenas pudo echar ver al chico rubio; porque sí, era sólo un chico, a pesar de su altura y su musculatura, quizá tenía la misma edad de Bella cuando lo convirtieron.

Victoria clavó su mirada en la de Bella. Su pelo de color anaranjado era más brillante. Victoria tenía los ojos negros por la sed. Había una sorprendente cualidad felina en el modo en que acuclillaba el cuerpo, como una leona a la espera de la oportunidad para atacar. Su mirada salvaje e inquieta fluctuaba entre Edward y Bella, pero nunca descansaba en él más de medio segundo.

Victoria estaba tan cerca de lo que quería, el centro de toda su existencia durante más de un año, ahora estaba tan cerca...

La muerte de Bella, la única manera de vengarse por la muerte de James.

Su plan era tan obvio como práctico. El chico rubio y grande atacaría a Edward, y ella mataría a la castaña tan pronto como Edward estuviera suficientemente distraído.

En él claro ya estaban acabando con la mayoría de los neófitos, hasta que Hunter se dio cuenta de un olor distinto que se dirigía hacía donde estaban sus improntas.

Estuvo a punto de irse del claro cuando vio a Leah localizar a un neófito escondido.

Hunter quiso gritarle y decirle "No lo hagas Leah", ella estaba prácticamente en una lucha en solitario en donde Leah saldría lastimada. El ojiazul sin pensarlos mucho la apartó del camino del neófito, estuvo a punto de no tener tiempo de defenderse pero para su buena suerte pudo acabar con el neófito.

Sin más decidió irse hacía donde se encontraban Edward y Bella.

Sin más decidió irse hacía donde se encontraban Edward y Bella

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𝑯𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓 | 𝑬.𝑪  𝑩.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora