Respiro, absorbiendo el aroma del mar, impregnando mi nariz, la sal y la emancipación.
La arena traga mis pies, degustándolos, como ostras con limón.
Avanzo hacia las olas, sin temor, sin preocupaciones, y de un salto, me zambullo, mojándome, arropándome de agua cristalina, olvidándome de las malas vibras.
Me tumbo, cerrando los ojos, poniendo mi mente en blanco y cediéndole mi vida a los monstruos, bañados y ocultos entre las sombras.
Pero no puedo, por más que lo intente, no quiero despojarme de mis recuerdos.
No quiero hacerlo, porque por mucho que corten, dañen y quemen, en muchos de ellos, estás tú sonriéndome.
Como siempre, una luz más potente, que el sol, al que yo le alabo y hago frente.
La marea me masajea y el agua me pone crema.
Mientras accedo a la caja fuerte, donde encerré con llave, aquellas fotos en las que estamos nosotras pasándonoslo en grande.
Forcejeo, pero me tropiezo, con aquellos descontentos, en los que te hice llorar y lo lamento.
Intento levantarme y visualizo, las veces en las que yo te ayudé y tú estuviste, ofreciéndome la mano para no caerme en el abismo.
Abro los ojos, y sonrío, no puedo estar más contenta por haberte conocido, darme la oportunidad de permanecer a pesar de las desgracias.
Me arrodillo, clavándome piedras en el pellejo, refunfuñando de dolor y con la mano en el pecho, yo te digo, sin rodeos:
—Tu voz es dulce y melodiosa como una sirena. —Carraspeo—. Quiero decir, que aunque nuestros cuerpos estén separados, un fuerte vínculo unirá por siempre nuestros corazones.
Poso mis labios sobre el papel, dándote un beso fino y tierno, sin asperezas, en tu delicada piel.
Firmado por: J.
Para: una mujer llena
de maldad y bondad.— Janny.
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Palabras humeantes
PoetryPalabras bonitas, como pequeños susurros del viento. Reclamaciones amargas, como mercurio en la garganta. Conjunto de pensamientos y silencios, más dolorosos, que una bofetada... Delirios de grandeza, insomnio y rarezas, conversaciones...