XXV. Decomess

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Todo es efímero,
la brisa del viento,
la risa de tu compañero,
incluso las llamas del fuego.

Todo es pasajero,
tus amigos se van
y no se puede evitar.

Las parejas discuten
y a veces no se vuelven a hablar,
las familias se separan
y a lo mejor no las vuelves
a abrazar.

Todo se esfuma
como la espuma.

Las relaciones que pensamos
serían sempiternas,
los besos apasionados,
incluso los penosos.

Los revoloteos
de las mariposas en el estómago
cuando estás enamorado
o las náuseas
cuando estás borracho.

Absolutamente todo,
desaparece en un chasquido
y nosotros solo nos preocupamos
por cosas insignificantes
cuando deberíamos
estar aprovechando
nuestro tiempo efímero.

Dejar de creernos inmortales
o que estamos hechos de acero
y que todo lo podemos
porque no es cierto,
ya que cada día
nos arriesgamos a perdernos,
a enfermarnos
y sacrificar nuestra buena vida.

Porque todo cambia
cuando entendemos
que cada día no es un día más,
sino uno menos,
pero no hay que tener miedo
porque es un proceso natural
y hay que enfrentarlo
con los brazos abiertos.

Duele dejar todo atrás,
abrir los ojos
y saber que un día no estarás
pero en vez de deprimirte,
deberías atreverte a saltar,
sonreír aunque la vida te pese,
llorar pero luego salir a divertirte,
quererte sin peros,
convivir con tu pasado,
reforzar tus relaciones...

Porque todo es efímero,
pero eso no tiene que ser malo,
nos enseña
a poder hacer las cosas bien
el tiempo que nos queda,
no lo tomemos
como si fuese una tortura,
mejor hacerlo
como si nos restaurasen la cordura
o nos tocaran la última partitura,
como si nos devolviesen la dulzura
o nos cosieran una fisura.

•••
Nota mental:

Dejarse de rodeos,
soñar a lo grande
y sentir absolutamente
TODO
al 100%

— Janny.

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