Palabras humeantes

XXIII. Léemelo antes de dormir

Ella odia ser como es,
tan buena y frágil a la vez,
delicada y emocional tal vez,
risueña y loca de vez en vez.

Porque a ella siempre
le toca recoger los platos rotos,
enjugarse las lágrimas,
echar a correr,
huir y esconder su corazón enorme
para que no lo vuelvan a romper.

Ella es la que se coloca las tiritas,
se levanta y promete,
que es fuerte
y que no necesita de nadie
que la moleste.

Ella es la que se aconseja
cuando todo se tuerce,
la que ríe,
cuando está aburrida
o porque simplemente
es divertida
o porque le llega un recuerdo
y se carcajea,
sin esperar que los demás
la entiendan
aunque todos se confundan
y pregunten:
"¿qué coño le da tanta risa?"

Ella es la que se mira
en el espejo y se halaga,
hace muecas raras
y se recorre completa
para asegurarse de que se ama.

Ella es la que se lamenta sola
acurrucada en su cama,
tratando de comprender
qué hizo mal
y por qué la dejaron dañada,
si debería perdonar,
dar otra oportunidad,
porque siempre piensa
antes en los demás
que en ella y su salud mental.

Ella es la que no sabe marcar límites,
la que trata de mejorar
en todo lo posible,
la que le cuesta mantener
el contacto visual,
la que no sabe hablar
de lo que siente,
la que se atraganta
cuando sus sentimientos ganan
y su razón falla,
la que cuanto más haga
todos la juzgan
pero no son capaces de dar la cara.

Pero ella es un pedacito del cielo
y se debería de estar ciego
para no poder verlo,
es la que se esfuerza en hacerte reír
cuando solo quieres
que te trague el suelo,
la que te sostiene la mano
cuando estás por perderlo todo,
la que te acaricia
cuando sabe que tienes un mal día
y la que sigue adelante,
a pesar de que siempre
la deterioren
y acuchillen su alma.

Porque podrá ser de mil maneras
pero no es una muñeca
y siempre logra sacarse
a sí misma una sonrisa,
bailar sin preocuparse,
disfrutar del placer de la vida.
Y eso, es lo que la hace única.

•••
Quien me conoce, lo sabe...
¿o no?
•••

— Janny.