VI. Fusión

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Su sonrisa,
era como una corriente de aire fresca.

Sus ojos,
eran como dos diamantes,
en aquel lugar infranqueable.

Su cuerpo irradió,
un calor incandescente,
indestructible y perdurable.

Sentí el edificio flaquear,
arder y caerse bajo mis pies.

Alucinaciones me desestabilizaron,
y me besaron,
como monstruos queriendo adentrar,
en un mundo oculto entre risas.

¿Dónde estás? ¿Volverás?
¿Podré verte? ¿Existes en realidad?

Terremotos rompen mis muros,
y fantasmas me abrazan,
arrancándome un grito,
escuálidas, se apartan.

Un áurea oscura y radiante,
un rostro esculpido por los ángeles.

La desilusión se convirtió
en el desayuno de las mañanas.
Las reclamaciones
se inmortalizaron,
amenazantes rasgaron
y cortaron el aire,
escapándose de mis manos.

Quemaduras bajo las uñas,
truenos opacando las células,
mares resbalando
entre montes temerosos...

Unos labios sedosos
y un alma voluminosa.
¿Me adentro en las cataratas
de tus ojos profundos y glaciales?

Una caricia invisible.
Una charla espontánea.
Una figura fosilizada.

•••

Destinatario:
una de mis antiguas
y oscuras fantasías.

— Janny.

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