Aún me cuesta perdonarme,
navego por las calles
de mi cráneo,
rebosantes de farolas
y luces tenues
pero me paralizo
y me cortan las alas,
tu granizo.Quisiera no recaer,
pero escucho tu risa
y echo a correr,
como si me fueses a atrapar,
como si volviera a suceder,
como si volviera... a retroceder...No quiero volver,
por favor, aún me duelen
las laceraciones
que dejaste en mi ser,
me arden
porque pensaste
que el alcohol y la cerilla
ayudarían
a que mi alma prosiga.Pero ¿por qué siempre fuiste tú
el que decidía,
el que sabía,
el que sufría?
¿Por qué no sentías empatía
o simplemente la fingías?Siento que estoy siendo repetitiva,
pero ¿por qué no puedo olvidarte?
¿Por qué a veces temo extrañarte?
¿Por qué cada vez que te veo
me tiro al mar
y me ahogo con mi saliva?Me cuesta respirar
cuando te veo pasar,
tanto me gustaría
poder arrugarte
y quemarte
para que mi corazón
deje de llorar.Mis ojos me raspan
cuando tu silueta se contonea
en mis oftálmicas,
como si me hubiesen hecho
una incisión
sin anestesia
en el corazón.Pero a pesar de todo el duelo,
algún día dejaré de odiarte
te miraré
y escupiré tus huesos.Algún día dejarás de oprimirme
el pecho
y por fin podré decir
que a pesar de que intoxicaste
mi cuerpo,
explotaste mi sangre
y te quedaste con mi cerebro...
fui capaz, de seguir adelante.•••
Eres peor que Descartes
porque la teoría
de que quizá
solo seamos un cerebro
en una cubeta,
lo inventó él
pero tú lo pusiste en práctica
¿a dónde lo llevaste?
¿Por qué lo escondiste?
•••Nota mental:
Dejar de escribirte
no te mereces
mis lindas palabras
ni tampoco mis metáforas,
aprender a esputarlo todo
hablando
y después,
pedir una sesión
con Platón...
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Palabras humeantes
PoetryPalabras bonitas, como pequeños susurros del viento. Reclamaciones amargas, como mercurio en la garganta. Conjunto de pensamientos y silencios, más dolorosos, que una bofetada... Delirios de grandeza, insomnio y rarezas, conversaciones...