XLII. Pensamiento crítico

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Ya no eres una ramificación,
ni una vena esencial
para mi corazón.

Estalló
y fue desangrándose
a medida que fuiste traicionándome,
dañándome,
se quemaba
y me producía hematomas
que por falso amor
eché vinagre
esperando borrarse.

Ya no eres la carga eléctrica
de mis neuronas,
mis dendritas
evitan
pensarte,
cruzarse con tu imagen.

Aún recuerdo
cuando eras el arrebol
de mi amanecer,
qué ironía,
terminaste siendo el moho
que se expande
en los techos,
las grietas
que no soportas ver,
los cortes
que te recuerdan sucesos
que prefieres despellejar.

Tus rosas a mi sepultura
no justificaban mis quemaduras,
puede que sean solo rasguños
pero mis osos son testigos
de mis gritos amortiguados.

Tiroteaste mis glóbulos blancos
y todas tus ofrendas
para intentar enmendarlo
las tiene Artemisa
amenazadas con su arco.

En mi retina quedó grabado
mil razones para mantenerte alejado
pero mi "pensamiento crítico"
solloza por un último abrazo.

A veces es ridículo
¿por qué quiero volver a caer
cuando me rompí las uñas escalando?

¿Por qué extraño
tu recuerdo alterado?
¿Por qué sudo
cuando creo verte pasar
por mi lado
sabiendo que te convertiste
en un extraño?

¿Alguna vez te conocí de verdad
o solo fuiste una fábula?
¿Solo a mí me mostraste
quién eras en realidad
y a los demás
le donaste tu máscara?

Esputaste tantas mentiras,
que disociaste tu figura
de quién eras
y aún no está cuerda
la idea
de quién se halla
bajo la lámina
de esa actitud insana.

•••
Todos te tenían por un bebé
¿era de verdad
o solo un papel?
•••

Duele dejar atrás
alguien que en su momento
te ayudó a sanar,
pero te destroza más
darte cuenta
que por quién luchabas
era la misma persona
que te cortaba a rodajas...

— Janny.

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