L. Composiciones AMOR-iosas

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Tu belleza es equiparable
a una composición de Paganini,
con tu musicalidad
al hablar
y esa complejidad
que propulsa los trémolos
en mi estómago,
embriagando mi corazón
y obligándolo a correr una maratón.

Las sensaciones
que despiertas en mí
podrían compararse
con las melodías de Vivaldi,
pero yo encuentro tu rostro
y beso tus labios sedosos
en primavera.

Quisiera que fueras eterna
como La Campanella,
escucharte en bucle
mientras se me cae la baba.

Quisiera arroparte
como a Bach,
mientras mi cuerpo
se transforma
en un tembloroso
pero radiante vibrato.

Quisiera leerte
como un imponente
y travieso mordente,
pero por favor,
no me confundas
como una cruel
y despiadada
enarmonía.

Ámame
como un violín
anhela y no puede vivir
sin el arco
que lo ayuda
a pincelar
una melodía perfecta.

Abrázame
con la misma delicadeza
que empleas
para acunar
a tu chelo.

Apréciame y valórame
y convertiré
tus intervalos,
tus inversiones,
tus sostenidos y bemoles...
en barras divisorias
o en miles de D.S. al Coda.

Seré tu becuadro,
transportaré
tus crisis existenciales,
modularé
tus mayores y menores,
seguiré amándote
aunque seas una 7º Dominante,
seguiré viéndote
como una de las millones
obras maestras
del increíble e ingenioso
Mozart.

•••
Mi corazón galopante
desborda notas musicales
y mi cerebro está abierto
para enseñarte
tu nombre en cada una
de mis redes neuronales.
No lo dudes
eres la musa
que lidera mis creaciones
¿tú también sientes
este amor afable
que te apretuja
y besa la mejilla?
•••

Remitente:
una simple clave de sol.

Destinatario:
para su otra mitad...
su querida
clave de fa.

— Janny.

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