46. Graduación.

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El día de la graduación de YoonGi finalmente había llegado, y Jimin estaba rebosante de alegría

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El día de la graduación de YoonGi finalmente había llegado, y Jimin estaba rebosante de alegría. Se había vestido con esmero, eligiendo una camisa de un azul suave y unos pantalones que realzaban su figura esbelta. Llevaba consigo un ramo de flores, deseando felicitar a su alfa con todo su corazón. Mientras se dirigía al evento, su lobo interior vibraba de emoción, su aroma a mandarina y almendras llenando el aire a su alrededor.

La ceremonia fue un espectáculo deslumbrante. Los discursos eran inspiradores y los aplausos ensordecedores. Jimin se sentía tan orgulloso cuando vio a YoonGi caminar por el escenario para recibir su diploma. En esos momentos, su aroma se hacía más intenso, irradiando felicidad y amor. Todo lo que Jimin deseaba era compartir este momento con YoonGi y hacerle sentir lo especial que era para él.

El bullicio de la graduación seguía en pleno apogeo, con risas y felicitaciones resonando por todo el recinto. YoonGi se encontraba hablando con su padre, tratando de mantener una conversación cordial.

De repente, YoonGi notó un cambio en el aire. El familiar y dulce aroma a mandarina y almendras que tanto adora llegó a sus sentidos, llenándolo de una calidez reconfortante. Era Jimin. Su corazón dio un vuelco al darse cuenta de que su omega se acercaba, probablemente con la intención de ser presentado.

Giró la cabeza ligeramente y vio a Jimin avanzando hacia ellos con una expresión de felicidad y expectativa en su rostro, sosteniendo un ramo de flores. Jimin había estado esperando este momento, deseando compartir la alegría de la graduación.

El padre de YoonGi notó la distracción de su hijo y siguió su mirada hasta el pequeño omega pelinegro que se dirigía con una gran sonrisa. Antes de que pudiera decir algo, YoonGi se adelantó. —Papá, necesito atender algo. —Su voz era apresurada, casi ansiosa.

Sin esperar una respuesta, YoonGi se dirigió rápidamente hacia Jimin, interceptándolo antes de que pudiera llegar a donde estaban.

Jimin, con su aroma aún más fuerte y dulce debido a la emoción, se detuvo en seco, su sonrisa vacilando al ver la expresión de YoonGi.

—Yoongi, ¿qué pasa?. —Preguntó Jimin, la confusión y la decepción comenzando a aparecer en su voz.

YoonGi tomó a su omega por la mano y lo alejó un poco del grupo, tratando de mantener la calma. —Jimin, lo siento, pero no creo que sea el mejor momento para conocer a mi padre.

La confusión en el rostro de Jimin se convirtió rápidamente en tristeza. —Pero Yoongi, tu si conoces a toda mi familia...

El dolor en la voz de Jimin era palpable, y su aroma se debilitó, reflejando su herida emocional. Su lobo interior gimió con tristeza, sintiéndose rechazado y apartado.

YoonGi sintió una punzada de culpa y su lobo se molesto por las decisiones de su humano, pues el solo quería tomar a su omega y presumirlo como suyo. —Jimin por favor, no llores. Mi padre y yo... no tenemos una buena relación, y pensé que te estaba protegiendo.

Jimin bajó la mirada, con lágrimas comenzando a caer. —Pero Yoongi, No quiero que haya secretos entre nosotros, no quiero ser un secreto con tu familia también.

YoonGi suspiró y tomó el rostro de Jimin entre sus manos, acariciando suavemente su mejilla. —Organizaremos una cena, algo mejor preparado. 

Jimin levantó la mirada, con lágrimas en los ojos pero también con una chispa de esperanza. —Si esta bien.

YoonGi inclinó su cabeza y besó suavemente la frente de Jimin, sintiendo la calidez y comprensión que solo Jimin le podia brindar. —Pronto lo conocerás. —Lo aferro a su cuerpo, YoonGi susurró en el oído de Jimin, —Te prometo que nunca más te apartaré de nada.

Jimin asintió, abrazándolo con fuerza.

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