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— Bueno, las clases particulares comenzarán a partir de la siguiente semana ¿De acuerdo joven Kim? — pregunto el joven profesor

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— Bueno, las clases particulares comenzarán a partir de la siguiente semana ¿De acuerdo joven Kim? — pregunto el joven profesor.

Gyuvin se encontraba distraído durante toda la charla, el solo se había limitado a asentir, pues se había concentrado más en la forma en que el mayor movía sus labios.

— S-Si claro — respondio el menor con una sonrisa nerviosa.

— Bueno, todo ya está acordado — dijo el docente mientras sacaba un pequeño papel de su cuaderno y escribía algo en el.

El menor lo miro con curiosidad. ¿Que diría en ese papel?

“Que suerte sería que me diera su número de teléfono” pensó el castaño divertido.

El profesor terminó de escribir lo que sea que estaba escribiendo, y le pasó el papel a Gyuvin, quien lo tomo con el ceño fruncido.

— ¿Y esto profesor? — pregunto curioso mientras desdoblaba el papel.

Y casi se le sale un pulmón al leer lo que decía en esta.

— Es mi dirección — dijo el mayor con una ligera sonrisa — las clases serán en mi casa — aclaro.

“Vuelvo a repetirlo... ¡Amo mi vida!”

— D-De acuerdo — contesto el menor tratando de ocultar su nerviosismo y emoción

— Bueno, eso es todo joven Kim, puede retirarse, nos vemos en la próxima clase.

— Claro, nos vemos profesor.

Se paró de su asiento y con una reverencia salió del aula.

Y con una enorme sonrisa, como la del día de ayer, y se encamino hacia su casa para poder gritar todas las cosas sin sentido que quería por la felicidad que sentía.

“¡Tengo la dirección de su casa!”

“¡Tengo la dirección de su casa!”

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora