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— Al fin — dijeron Gunwook y Ricky al unisono mientras uno se tiraba sobre el asiento del copiloto y el otro en los asientos traseros junto a un muy feliz Gyepi

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— Al fin — dijeron Gunwook y Ricky al unisono mientras uno se tiraba sobre el asiento del copiloto y el otro en los asientos traseros junto a un muy feliz Gyepi.

— Qué exagerados son — reprocho la mujer mientras entraba al asiento del conductor.

— ¿Exagerados? — cuestiono Gunwook mientras recibía lamidas por parte del cachorro.

— Después de comprar nuestros trajes nos hiciste caminar por todo el centro para que tú te comprarás más ropa que nosotros — se quejo Ricky.

— Les compraré algo en el camino de vuelta como recompensa — dijo.

Luego de un largo y tranquilo viaje en carro, entre platicas y risas llegaron a la casa de Ricky. La madre de este le ofreció al pelinegro quedarse debido a que era muy tarde para que regresará a casa, pero este se negó debido a que no quería ser molestia.

— Vamos, no será molestia Gun — ánimo Ricky — además no le veo problema, mañana no hay escuela.

— Anda cariño — dijo la mujer con una sonrisa.

Soltando un suspiro cansado, Gunwook acepto la propuesta.

— Iré a preparar una habitación para ti — dijo ella con emoción para luego comenzar a subir las escaleras.

— ¿No estamos muy grandes para tener una pijamada? — comento el menor con tono bromista, logrando sacarle una carcajada al mayor.

— Nunca se es muy grande para algo, ni siquiera para divertirte con tus amigos — respondió con una sonrisa.

— Nunca se es muy grande para algo, ni siquiera para divertirte con tus amigos — respondió con una sonrisa

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora