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Nuestro lindo y tierno niño, Kim Gyuvin, se encontraba bailando en su habitación mientras repetía la misma frase

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Nuestro lindo y tierno niño, Kim Gyuvin, se encontraba bailando en su habitación mientras repetía la misma frase.

— Ricky y yo somos novios, Ricky y yo somos novios, ¡Ricky y yo somos novios! — grito a todo pulmón con una gran sonrisa.

Pero en medio de su enorme alegría, la puerta de su habitación fue tocada. Abrió su puerta y vio a su madre con una expresión de pocos amigos.

— Gyuvin... todos sabemos lo feliz que te encuentras por lo de Ricky, pero — dijo y soltó un bostezó — ¡Tu hermano y yo necesitamos descansar!

— S-si, l-lo siento mamá — dijo el menor para luego soltar una risa nerviosa — ahora me calló.

Su madre le brindo una calida sonrisa y se fue, Gyuvin cerro la puerta detras suyo y se tiró a su cama, tomo una de sus almohadas para luego ponerla sobre su rostro.

— ¡Ricky y yo somos novios! — grito sobre la almohada, pero lo hizo tan fuerte que fue audible para su madre y hermano.

— ¡Gyuvin! — escucho el fuerte grito de su madre y hermano al unisono.

— ¡Lo siento! — se disculpo.

Soltó una pequeña risa avergonzada. Tal vez su madre tenía razón en que el podía llegar a exagerar cuando algo le emocionaba.

Aún con su sonrisa en su lindo rostro, se puso su pijama para luego meterse a su cama y apagar las luces, cerró los ojos y antes de dormir volvió a repetir la misma frase en su mente.

Ricky y yo somos novios...

Ricky y yo somos novios

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora