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Soltó un suspiro nervioso al estar frente a la casa de su profesor

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Soltó un suspiro nervioso al estar frente a la casa de su profesor.

El fin de semana paso tan rápido.

No podía negar que estaba emocionado, pero también alto nervioso.

— Mamá, enserio no hacía falta que me trajeras — se quejo el menor.

Su madre se ofreció a llevarlo a su primera clase particular, la cual era en casa del profesor. Y eso le resultaba algo extraño, fue por eso que decidió venir.

— Deja de quejarte, mamá solo te va a dejar y ya — dijo su menor, el cuál también quiso venir, o bueno, el tenía planeado ir a la casa de Gunwook pero su madre también le ofreció llevarlo.

Curiosamente, quedaba cerca de la casa del profesor Shen.

— Taerae, ¿Te quedas o nos acompañas? — pregunto su madre.

— ¿Puedo ir caminando a la casa de Wook? No está tan lejos — pregunto con un puchero.

— ¿Podemos entrar rápido? Se hace tarde — apuro el ahora pelinegro.

Su madre suspiro para luego decir un ok.

Los tres salieron del auto, Taerae se despidió de su madre y su hermano, y camino hasta la casa del mejor amigo de su hermano.

Gyuvin y su madre se acercaron a la puerta de la casa del joven profesor.

— ¿No crees que debes quitarte la gorra hijo? — pregunto su madre.

Desde que su cabello volvió a su color natural, Gyuvin no se ah quitado el gorro por nada del mundo; incluso fue a la escuela con eso en la mañana.

— Así está bien, mamá — reprochó el menor — toca la puerta por favor.

Su madre hizo lo que pidió su hijo, y tocó la puerta, aumentando los nervios del pelinegro.

Segundos después de tocar, se escucharon unos pasos al interior de la casa, para luego, ver cómo la puerta es abierta.

De está salió el joven profesor, con una sonrisa en su rostro. Traía una ropa completamente diferente a la que normalmente ve en la escuela...

— Oh, joven Kim — dijo con una sonrisa — usted debe de ser su madre — dijo extendiendo su mano hacia su progenitora — mucho gusto.

— El gusto es mío profesor — dijo con una sonrisa y acepto la mano del tutor de su hijo.

“Por favor mamá, no me avergüences” rogó el menor internamente.

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora