Por eso uso la calculadora (Ryuvin)

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Ricky se encontraba en la cocina junto a Gyuvin, quien lo estaba ayudando a llevar el postre a la mesa.

— Hyung, ¿Se encuentra bien? — pregunto preocupado el pelinegro. Después de la pregunta que le hizo su madre, Ricky tenía un semblante algo triste.

Y eso no le gustaba para nada.

— Si, claro que estoy bien Gyunnie — respondió el mayor con una sonrisa, se giró para ver al menor y tomar su cintura, atrayendolo más a él.

— ¿Seguro? — volvió a preguntar el menor mientras dibujaba pequeños círculos en el pecho del mayor.

Una completa ternura.

Ricky rió, y con una de sus manos acarició la mejilla derecha de Gyuvin, ganándose así, una linda imagen de un Gyuvin sonrojado.

— No te preocupes, Gyuvin — dijo — después de todo, ya no estoy solo — sonrió — te tengo a ti.

Dicho eso, Gyuvin oculto su sonrojado rostro en el pecho del mayor.

— ¡A usted le gusta verme sonrojado! — le reclamo mirándolo con un puchero.

— Y mucho — aseguro el mayor con una sonrisa juguetona.

— ¡Hyung! — se volvió a quejar, y Ricky rió.

— Esta bien, lo siento — dijo sin dejar de reír — ahora llevemos el postre a la mesa — el menor asintió.

— P-pero antes quiero un beso — pidió con una tierna sonrisa, haciendo ver sus lindos hoyuelos.

Y Ricky no se iba a negar a tan buena petición. No, claro que no.

Se acercó al rostro del adolescente y junto sus labios con los suyos, uniéndose en un dulce beso.

Pero...

— ¿Que está pasando aquí? — un grito repentino se hizo presente en la cocina, causando que la pareja se separe rápidamente.

— M-mamá...

¡Ya se nos cayó el secreto!