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— ¡¿Qué están haciendo?! — el grito del pelinegro resonó por toda la casa

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— ¡¿Qué están haciendo?! — el grito del pelinegro resonó por toda la casa. Asustando a su hermano y mejor amigo.

Ambos menores se separaron con rapidez, Taerae miro a su hermano con vergüenza, mientras que Gunwook tomaba una de las almohadas del sofá para tirarsela al pelinegro. Por otro lado, Ricky miraba la escena con diversión.

— A penas me fuí hace unos 15 minutos con Ricky Hyung, y ustedes ya quieren deshonrar la casa — dijo el pelinegro.

— Si entrabas unos minutos después, posiblemente si nos hubieras encontrado deshonrando la casa, Gyuvinnie — respondió Gunwook con tranquilidad y una sonrisa sarcástica en su rostro.

Taerae lo miro sonrojado y lo golpeó con una de las almohadas del sofá.

— ¡Hyung!

— Fingire que no oí eso y solo iré por algo que olvide en mi habitación — hablo mientras subía rápidamente por las escaleras.

Ricky soltó una leve carcajada negando con la cabeza.

— Pequeños adolescentes hormonales — comento el mayor con tono burlón y Gunwook le lanzó otra almohada riendo por el comentario.

— ¡Ya nos vamos! — grito Gyuvin con una sonrisa mientras bajaba por las escaleras, se acercó al mayor y ambos salieron de la casa no sin antes despedirse de los dos menores.

Al salir, Gyuvin se llevó una gran sorpresa. Su madre estaba llegando.

Una gran sonrisa apareció en su rostro, se había vengado de Gunwook pero faltaba su pequeño hermanito.

[•••]

Nuevamente la sesión de besos se hizo presente, los suspiros y pequeños jadeos de Taerae eran lo único que se escuchaba en aquella sala junto a los chasquidos de sus besos.

Todo tan maravilloso hasta que la puerta fue abierta de nuevo, y el grito que ahora se dio casi les ocasiona un paro cardíaco.

— ¡¿Qué hacen par de pervertidos?!

— M-mamá...

“Bueno, fue una buena vida para Gunwook.”

Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora