96

249 30 0
                                    

— Gyu, pensé que era una cita — dijo el mayor con algo de confusión en su rostro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Gyu, pensé que era una cita — dijo el mayor con algo de confusión en su rostro.

— ¡Y lo es! — dijo le menor.

— ¿Y por qué Gunwook está aquí? — pregunto señalando al mencionado quien estaba a su lado con una sonrisa inocente.

— Solo quise acompañarlos — hablo el pelinegro.

— Gyuvin — llamo nuevamente a su novio para que este le diera una explicación.

Hace aproximadamente unas dos horas atrás, Ricky había recibido varios mensajes por parte de su novio, en los cuales le preguntaba si quería tener una cita el día de hoy; obviamente no lo rechazó. Lo que no espero, es que al llegar al lugar acordado, Gunwook también estaba ahí.

— Hyung — llamo el alto — si quiere que me vaya solo dímelo y lo haré, total, se que no me quieren aquí — dijo con un puchero.

Ricky lo miro con los labios apretados, con cierta pena por sus palabras, por otro lado, su mejor amigo — que se encontraba a espaldas de su novio — levantaba los pulgares junto a una sonrisa.

“Todo está saliendo a la perfección”

— No, está bien, puedes quedarte — dijo junto a un suspiro, Gunwook sonrió en grande.

— ¡Genial! — dijo el menor — vamos a la peluquería que quiero cambiar el color de mi cabello — menciono mientras tomaba a Gyuvin del brazo comenzando a caminar.

[•••]

— Wow, me veo mejor que Ricky — dijo Gunwook mirando su reflejo en el espejo.

— Y yo mejor que Taerae — hablo Gyuvin a su lado, de igual manera viéndose al espejo.

Ambos se vieron unos segundos antes de hablar al mismo tiempo.

— ¡Ya quisieras!

Ricky se encontraba viendo al par de amigos pelearse con diversión. Debía admitir que ambos se veían muy bien con sus nuevos tonos de color en sus cabellos, pero el llamado de uno de los trabajadores del local le hizo desviar la mirada.

— Disculpe, pero aquí está la cuenta — le pasó un pequeño recibo donde se encontraba el precio que tenía que pagar.

Al mayor casi se le salen sus ojos de sus cuencas al ver la cantidad que debía pagar.

¡Esto cuesta más que mi depa!

—¿Hay algún descuento? — pregunto con la esperanza de no perder todo su dinero.

— Mmm...., si la hay, pero no creo que a usted le agrade.

“Sea lo que sea lo haré”

Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora