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El timbre sono, indicando el fin de la jornada escolar

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El timbre sono, indicando el fin de la jornada escolar.

— Bueno, pueden salir — dijo Ricky — no se olviden de estudiar para el examen de mañana — le recordó a sus estudiantes.

— ¡Si! — respondieron todos al unisono mientras recogían sus cosas para poder regresar a sus hogares.

— Eh... joven Park — le llamo el joven profesor — ¿Le importaría quedarse un momento? — hablo con un tono nervioso — necesito consultarle algo.

El nombrado tan solo asintió mientras reprimía una sonrisa una sonrisa burlona.

Sabía que quería hablar de Gyuvin, eso estaba más que claro cuando noto las mejillas sonrojadas de su profesor.

— ¿Si? — pregunto una vez que el salón se encontraba totalmente vacío.

El de mayor estatura noto los nervios del docente, y está vez no pudo ocultar su sonrisa de burla.

— Y-yo... bueno — carraspeó — ¿Sabe...

— Gyuvin no vino hoy porque se quedó en su casa — respondió, vio que el profesor iba a decir algo más pero nuevamente lo interrumpió — No está enfermo ni nada, simplemente no quiso venir.

El joven profesor suspiro frustrado.
Queriendo pegarse un tiro por hacer algo tan insensato como besarlo.

— No se preocupe — comento el menor, sorprendiendo a Ricky — solo está nervioso y aún no asimila lo que pasó.

— E-el... ¿T-te conto? — pregunto con temor.

— Mmm, no — Ricky suspiro tranquilo — de hecho, lo ví — dijo con una sonrisa.

El docente golpeó su cabeza contra su escritorio tratando de que Gunwook no notará el potente color carmesí de sus mejillas.

Luego escucho la risa juguetona de Gunwook, que solo lo hizo avergonzarse mucho más.

¡¿Por qué fui tan idiota para no fijarme si alguien nos estaba viendo?!

— No se preocupe profesor, no diré nada — dijo y se paró de la silla en la que estaba sentado — y si le sirve de consuelo, usted fue su primer beso.

— ¡Eso no ayuda! — le grito el profesor mirándolo avergonzado; el menor rió mientras se dirigía a la puerta del salon para salir.

— Oh, y una cosa más; usted también le gusta.

Eso sí ayuda.

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora