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— Adiós profesor — dijo la madre de soobin con una sonrisa — gracias por ayudar a mi hijo con su curso

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— Adiós profesor — dijo la madre de soobin con una sonrisa — gracias por ayudar a mi hijo con su curso.

— No hay ningún problema señora Kim, es un verdadero placer para mí — dijo con una sonrisa.

¿Por qué enfatizó esa palabra?

— Gyuvin, despídete de tu profesor — le regaño su madre.

— C-claro, adiós profesor — dijo el menor haciendo una corta reverencia.

— Adiós Gyuvin, nos vemos mañana en la escuela — dijo revolviendo sus cabellos negros mientras sonreía.

El menor se sonrojo un poco por aquel acto.

— Vayan con cuidado — dijo el joven profesor al ver cómo su alumno junto a su madre entraban al auto.

Su madre le dedicó una última sonrisa al docente y arranco el auto, mientras tanto, Gyuvin miraba por la ventana a su profesor aún parado en la puerta de su casa.

Una vez se alejaron lo suficiente, Gyuvin dejo salir el aire que estaba conteniendo sin una razón justificada.

— ¿Cómo te fue Gyuvin? — pregunto su madre.

— Mejor que bien — respondió contento.

— ¿Y tu gorra?

¡Carajo!.

¡Carajo!

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Por eso uso la calculadora (Ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora