Vacíos (Luz)

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Los aires de grandeza de Alejo Miranda son para mear y no echar gota. El señorito es ni más ni menos que de Vera del Rey, así que viene al Lasierra a tocar las narices con su menú macrobiótico de 43 lentejas por ración, brócoli al vapor, pescado cocido 5 minutos por cada lado y cubos de hielo de agua con gas. El único punto a favor de tener al hijo más ilustre del pueblo en el hotel, va a ser la reserva del restaurante completo para el servicio de comidas.

La cocina trabaja tranquila, mucho. Al fin y al cabo, no es lo mismo cocinar para un rarito que cocinar para 135 personas.

Los tacones de mi madre resuenan por el pasillo. Así que en 3, 2, 1, ¡discurso motivacional!

- Mamá, no hace falta que... ¿Ainhoa? ¿Qué haces aquí?

- Luz, déjalo. Lo entiendo y lo acepto.

- No sé de qué me estás hablando.

- Siento si os he dado demasiada caña, o si no hemos encajado desde el principio, pero podrías haber hablado conmigo.

- Ainhoa, creo que estamos un poco perdidos -"perdidos" en plural porque todo el equipo ha parado de cocinar en cuanto ha visto a Ainhoa recoger sus cuchillos.

- Silvia me ha despedido.

- ¿Qué?

- No me vengas con la carita de que no sabes nada.

- No tengo nada que ver con esto. No he hablado...

- Que os vaya muy bien.

- ¿Qué ha pasado? -pues Paolo, hijo, estoy tan sorprendida como tú.

- Pues no lo sé. Pero voy a averiguarlo.

Algo ha tenido que pasar para que mi madre haya despedido a una de las mejores jefas de cocina que hemos podido tener. Pero que no me oiga ni la una, ni la otra.

- Mamá. Hola tía Clara. -cualquier día mi impulsividad me juega una mala pasada.

- Hola.

- ¿Podemos hablar?

- Sí hija, si contigo tenía que hablar precisamente.

- Yo también me voy, que Alejo Miranda tiene que estar al caer. Está enfadada. -susurra Clara cuando pasa por mi lado.

- Pepe me ha contado que estabas al tanto del pasado laboral de Ainhoa.

- ¿Y qué más te ha contado?

- Mejor dime qué ha hecho Ainhoa para que tengas que llamar a Pepe para preguntarle sobre ella.

- Lo primero, le escribí, no le llamé. Lo segundo, perdón por preocuparme por la persona que iba a ocupar el puesto de jefa de cocina del restaurante de nuestra familia. Lo tercero, Ainhoa es una gran profesional y no vas a encontrar a nadie como ella para llevar la cocina.

- Pues esa gran profesional ha cometido una negligencia gordísima.

- Que fuera problemática en el pasado no significa que lo siga siendo. Mira mamá, perdóname, pero me parece muy injusto que la eches por eso.

- ¿Entonces qué hago? ¿Espero a que envenene a todos los clientes?

- ¿Cómo?

- Pues que Ainhoa es la responsable de una intoxicación, Luz.

- ¿Qué? No tenía ni idea de eso. A mi Pepe lo único que me dijo fue que era problemática, nada más.

- ¡Pero es que eso tampoco me lo dijiste!

- Sí, si te lo dije.

- ¿Cuándo?

- La otra vez que vine aquí. Pero pensaste que estaba siendo una inmadura y me mandaste a freir espárragos.

Todo lo que no nos dijimos | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora