Explicaciones (Luz)

716 45 12
                                    

Cuando Ainhoa susurró contra mi boca que si me quedaba, no pude decirle que no. Por decir, no pude decirle nada. Fue verla con los ojos oscuros y la respiración agitada, y...

- ¿Cuánto tiempo llevas mirándome?

- Un rato ya.

- ¿Y no te cansas?

- Pues no, la verdad.

- Dame un beso anda.

- Sí, como ayer, ¿no?

- No te escuché quejarte tampoco.

- No, no, si yo no me quejo.

- Ah, pensaba.

- ¿Pero tú piensas?

- Deja de vacilarme y ven aquí.

Es que a ella no se le puede decir que no. De verdad. No con esa cara de recién levantada.

- Ainhoa como no paremos... -no es que quiera despegarme de su boca, pero debo.

- Cállate Luz.

- No, cállate no.

- Pero, ¿por qué no?

- No me pongas cara de pena.

- Respóndeme.

- Pues porque vamos a llegar tarde.

- ¿Y? Soy la jefa.

- ¿Y yo qué soy?

- La hija de la directora del hotel.

- Y eso nos exime de todo, ¿no?

- Evidentemente. -araña mis piernas y... pf.

- Créeme que me pasaría todo el día aquí contigo si me pudiera escaquear.

- ¿Haciendo qué, exactamente?

- Comerte la boca.

Si ayer verla con los ojos oscuros y la respiración agitada fue lo que fue, hoy no sé lo que es.

- ¿De verdad quieres que te deje ir después de lo que acabas de soltar?

- Lo que quiero es que me beses, Ainhoa.

- Ahora sí, ¿no?

- Ahora sí.

Pero hace todo lo contrario. O al menos, lo intenta, porque rodeo su cintura con mis piernas.

- No lo hagas más difícil... -susurra, acariciando su nariz con la mía.

- Difícil va a ser tenerte cerca en la cocina y no poder darte ni un beso.

- Ni me lo recuerdes. -bufa contra mi boca-. Que bueno, con Paolo no te cortabas mucho que se diga...

- ¿Celosa?

- Mucho, para qué mentir.

- ¿Y por qué?

- Pues porque sí. Que sé que solo era algo físico, sin sentimientos de por medio, pero aún así me da celos. Tampoco sé por qué, porque no éramos nada...

- Ainhoa.

- ...pero yo ya estaba empezando a sentir cosas por ti, y veros ahí pegados como 2 lapas no me hizo bien. Entiendo que, bueno, estuvieras con él y tal, porque no es feo ni nada...

- Dios, cuando empiezas no paras.

- ...pero es lo que no entiendo es qué necesidad hay de daros el lote en medio de la cocina, sabiendo que puede pasar cualquiera. Pudiendo ser cualquiera tu madre, por ejemplo, o yo, o incluso tu hermano, que si el pobrecito ya está traumado, ver eso...

Todo lo que no nos dijimos | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora