Todo lo que no nos dijimos | Luznhoa

Marcha inesperada y encuentro accidentado (Luz)

La salida de Pepe del restaurante había dejado al equipo con el humor por los suelos. Que después de tantos años, uno de los pilares fundamentales del restaurante y del hotel decida colgar la chaquetilla es un shock muy grande. Pero es entendible que quiera estar cerca de su exmujer y su hija aunque mi madre reniegue de ello.

Una de las cosas que más me molestó de su marcha fue Paolo. Paolo y sus lágrimas de cocodrilo que, en cuanto Pepe salió por la puerta para no volver, se absorbieron mágicamente. Y todo por el puesto de jefe de cocina, puesto destinado a ser mío, suene lo ambicioso que suene.

Soy la única Lasierra de la familia con las tablas y la formación suficientes para dirigir una cocina, pero el que el puesto fuera mío no estaba ni está en los planes de mi madre. Esa es la segunda cosa que más me molesta de todo este embrollo, todo el cuento de que no sabía qué iba a hacer, que estaba dejándose la vida para encontrar a un chef capacitado, y blablabla.

De cualquier manera, mi mayor problema ahora mismo tiene nombre, apellidos, y probablemente una de las caras más preciosas del país; Ainhoa Arminza, vasca, veintitantos, pelirroja y con un currículum impecable. Que el puesto de chef estuviese ocupado por alguien ajeno a la familia me repateaba en sobremanera, pero que fuese ella quien lo ocupara me jodía aún más. ¡Por Dios! ¡Tiene cara y cuerpo de supermodelo, no de chef! Además, seguro que tiene algún trapo sucio escondido. Al fin y al cabo no es oro todo lo que reluce.

A estas alturas de la película poco o nada me importa dejarme a mi misma en evidencia. Siempre consigo lo que quiero, y destronar a la "chef Arminza" no va a ser una piedra en mi camino. Suena inmaduro, lo sé. Debería aprender de ella, lo sé. No es mi enemiga, es mi jefa, mi compañera y debo respetarla, lo sé. Pero es que es mi sueño. Dirigir la cocina del Hotel Lasierra lleva en mi cabeza desde que supe que la cocina iba a ser la forma con la que ganarme la vida. Incluso Pepe me veía preparada pero el puesto. Entiendo que la preparación tiene mucho, muchísimo que envidiarle a una "carrera espectacular" y a un "currículum increíble", pero joder...

Cualquier cosa, cualquiera, hubiese sido mejor que toparme de frente con Ainhoa y llenarle el top de café. Un, por ejemplo, "Luz, la nueva chef llega hoy. Ven pronto a la cocina para estar todos cuando llegue". Pero no, llego tarde y con Paolo detrás cargando con una caja que puede mover con el meñique mientras lloriquea que "pesa mucho". Claramente, empezar el día con buen pie no estaba entre los planes que el destino tenía para mi.

Y aquí estoy ahora. De frente con la que va a ser mi perdición los próximos meses. Eso si consigue aguantar los carros y carretas por los que pienso hacerla pasar.