Extra 3 - "¿Esto es lo que creo que es?"

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Narrador omnisciente

- Que no Luz, que no. Que no conozco a nadie de Vera, de Coscojales ni de cualquier otro sitio que tenga puesto un piso en alquiler. -bufó Rita.

- Bueno señora, pero usted sí que tie...

- ¡MENCHU!

- Menchu, sigue hablando. -instó la morena.

- No, no, que la señora me echa y no tengo de qué trabajar... -farfulló Menchu.

- Tú de eso no te preocupes.

- Preocúpate mejor...

- "No te preocupes". -vocalizó.

- La señora tiene un piso a las afueras de Vera, pero no os lo quiere alquilar porque es su piso de soltera y le trae muy buenos recuerdos. -soltó de carrerilla.

- ¡MENCHU!

- ¿Eso es verdad? -cuestionó su nieta, que se aguantaba la risa viendo cómo Menchu desaparecía escaleras arriba con la excusa de que se había olvidado de pasar el polvo de los armarios.

- Sí.

- ¿Lo sabe mamá?

- No.

- ¿Marta?

- No.

- ¿Por qué?

- Pues porque no.

- Abuela, llevas repitiéndome esa frase 23 años...

- Y te la repetiré hasta que me muera.

- ¿Y cuando te mueras me vas a dejar el piso en herencia o tampoco?

- Tampoco.

- Pues no entiendo por qué. -dijo, pasándose las manos por el pelo-. Si es por el dinero, tanto Ainhoa como yo tene...

- No es por eso. -interrumpió.

- Entonces, ¿por qué? Y no me digas que "porque no". -apuntó, dibujando unas comillas en el aire.

- Eres igual de cabezota que tu padre.

- Lo sé. Ahora dame una razón para no alquilarnos el piso.

- No es que no quiera alquilaros el piso, Luz.

- Es que le da pena deshacerse de él. -añadió Menchu, cruzando el salón en dirección a la terraza.

- ¿Es por eso? ¿Te da pena deshacerte de él?Porque si es por eso, que sepas que no te vas a deshacer de él, simplemente nos lo vas a alquilar, no es como si lo fueras a perder...

- Es vuestro. -susurró Rita.

- ¿Qué?

- Que es vuestro. -repitió.

- ¿¡En serio!?

- Pero, con una condición.

- Las que hagan falta.

- No tiréis nada sin mi permiso. Y cuando digo nada, es nada.

- Hecho.

- Nada. -repitió con un dedo en alto.

- Nada. Nada de nada. Nada. Entendido.

- Espera aquí. -dijo antes de levantarse y entrar en el estudio de su abuelo-. Aquí están. Toma. Como las pierdas, te desheredo. -amenazó, entregándole las llaves.

- ¿Tienes una copia? Digo, por si acaso.

- E igual de desastre que tu madre. -farfulló su abuela por lo bajo, con una sonrisa en la cara-. ¿Crees que puedes decirle a tu madre que mañana os dé el día libre?

Todo lo que no nos dijimos | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora