Combinación explosiva (Ainhoa)

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Las estadísticas no mienten. 2 de cada 3 restaurantes que visita el "Comilón", cierra. Nadie sabe por qué. Pero el Lasierra va a ser el 1 de cada 3 que no cierra.

El ambiente en la cocina es tenso. Todo el equipo está concentrado en picar, pelar, esferificar y freír. Hoy no hay ni excepciones, ni cotilleos, ni dramas.

La incertidumbre del postre sigue en la cabeza de Luz. No sabe si seguir mi consejo y utilizar la espuma de limón, o si seguir su instinto y apostar por algo más vanguardista.

- Luz.

- ¿Sí chef?

- Cree en ti.

La responsabilidad del día es suya. Es lógico que tenga miedo y que quiera que salga todo bien, pero a veces hay que innovar. Oportunidades como la de hoy, pocas más va a vivir. Vale que es joven, pero tiene a un crítico de la talla del "Comilón" en su propia casa. Lo más normal es enfrentarse al primer crítico después de 3 o 4 años de carrera, cuando ya eres conocido. Luz acaba de salir de la escuela de cocina, y ya va a tener uno delante de las narices.

- ¿Chicos? Venid aquí, por favor. -con el equipo formando un corrillo, sigo hablando-. Sabéis que hoy es un día muy importante. Y no solo para nosotros. Que este tío califique nuestro menú influye también al hotel. Pero lo que no quiero son presiones ni prisas ni nada por el estilo. Hoy es un día como otro cualquiera. Vamos a hacer lo que mejor se nos da: cocinar. Pase lo que pase, nos califique como nos califique, esta cocina tiene que seguir unida y con los fogones a tope. ¿Queda claro? -un "sí" colectivo llena la cocina-. Perfecto. Pues al lío.

El gazpacho es un desastre. Según Paolo, "el tomate le da arcadas desde pequeño". Pero por eso no hay que abandonar el barco. Las croquetas de cocido son un éxito, y el nuevo gazpacho de fresas también. Con la salida del resto de platos, la sonrisa del "Comilón" crece. Es entonces cuando llega el momento de la verdad: el postre. Luz, encargada de servir, deja el plato en la mesa y vuelve corriendo a la cocina. "Es ahora o nunca", dice. La pobre está tan cagada que piensa que una espuma puede hundir su carrera. Puede, pero no es el caso. Con un solo gesto, el "Comilón" da a entender lo que ya sabíamos: está de muerte.

Entre aplausos, el "Comilón" da la enhorabuena al equipo. Y como la prensa es la prensa, piden declaraciones y fotos, que salen por doquier. La alegría rebosa de todos y cada uno de nosotros, sobre todo de Luz, que ahora mismo es como una niña en Disneyland.

- Cocineros, chef, no hace falta que me presente. Quiero daros las gracias por el encomiable esfuerzo. Hacía años, sin exagerar, que no probaba un menú como el vuestro. Y el postre, madre mía el postre. Supongo que sea obra tuya Ainhoa, así que...

- De hecho, no. Todo el trabajo es de Luz, señor.

- ¿Y quién es Luz?

- Yo señor. La misma que le sirvió el plato.

- Luz... El contraste de las cerezas con los cítricos es simplemente maravilloso, de verdad. Enhorabuena. -no sé quién está más emocionada, si ella, o yo-. Y al resto del equipo enhorabuena también. Habéis sabido enfrentaros a mi asco a los tomates con una rapidez supersónica. Las croquetas y los demás entrantes parecían sacados del paraíso. Y poco más hay que decir cuando estaba todo exquisito. -pues se ve que el restaurante del Lasierra no va a cerrar... -. Ahora, si os parece bien, nos sacamos una foto para el artículo. Luego ya os dejo seguir a lo vuestro.

Esta vez, Luz está pegada a mi. Pero pegada bien, no "obligada" como la otra vez. Con miedo, siento su mano coger la mía. Creo flotar. Más cuando rechaza a Paolo con un golpe de cadera.

Después de 50 flashes, el "Comilón" promete escribir "un artículo que hable del prestigio del restaurante y ponga a Vera del Rey en el mapa culinario". De nuevo, reparte enhorabuenas, y se va. El equipo estalla en gritos de júbilo, en abrazos y en besos. Poco más y acabo manteada. Pero el mérito es de ellos, no mío.

Todo lo que no nos dijimos | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora