Libertad (Luz)

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Libertad. Ese término al que estamos tan acostumbrados y que nos acompaña día a día sin que nos demos cuenta. Libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de manifestación. Y sin embargo, hay guerras en las que mueren miles de personas, hay gente reprimida por su orientación sexual o por su color de piel o por su constitución física, hay mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas; y a eso lo llaman "libertad". Pero para Ainhoa tiene otro significado totalmente diferente. Sobre todo desde el juicio. Desde ese día, es otra. Y se nota, se nota muchísimo.

Hace cerca de tres meses de aquel día y las cosas no pueden ir mejor. Cierto es que nadie esperaba que fueran a ir tan bien, ni que Ainhoa fuera a contar con pelos y señales todas las veces en las que Hugo le levantó la mano. Pero lo hizo, y lo hizo de una manera tal que hasta el propio juez tuvo que pedir un receso. A su vuelta quedaba poco por decir. Menos incluso de lo que pensábamos cuando dos exempleadas suyas alegaron malos tratos no solo contra Ainhoa, sino también contra ellas. Eso no fue si no la gota que colmó el vaso. En ese momento la fachada de Hugo se desmoronó por completo. De él solo quedaron sus gritos resonando en la sala dos del juzgado cuando los vigilantes tuvieron que salir con él a rastras por intentar agredir a una de los testigos al grito de "¡eres una puta mentirosa! ¡Te voy a joder la vida!". Aún así, el veredicto se hizo esperar. Al par de semanas estábamos de vuelta en los juzgados. Y todo nada más ni nada menos que por Asun. Asun, a la que creíamos culpable de que Hugo sea como es, y quien en realidad es otra víctima de su juego. Gracias a ella las cosas quedaron más claras si cabe.

Hoy por hoy, Hugo lleva cuatro semanas en la cárcel. Cuatro semanas de intentos de soborno, de demostraciones de poder, de arrogancia y de algún que otro golpe a manos de sus compañeros. Ainhoa y yo, en cambio, estamos viviendo nuestra mejor vida. Sobre todo ella. Ahora respira tranquila, sin miedo a nada, con la calma de que mañana va a ser igual que hoy. Y yo, los Romaña - Lasierra y el pueblo entero con ella. Porque otra cosa no, pero volver, no va a volver a estar sola jamás.

Todo lo que no nos dijimos | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora